Cuando escucho a alguna persona decir que no es machista ni feminista me entra por el cuerpo un no se qué, que qué se yo, que tengo que hacer una respiración profunda, cerrar los ojos y contar hasta diez para no cometer ningún delito. No soy ninguna experta en este tema pero voy a intentar que los conceptos queden claros para que todas las personas puedan decir sin miedo que son feministas, porque claramente lo que hay es una gran confusión, desinformación y desconocimiento sobre lo que es el feminismo.

Según la RAE, el feminismo es el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. El machismo es la actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres, una forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón.

¡Punto y pelota! Vete al concepto: si has leído bien las definiciones y sigues afirmando que no eres machista ni feminista, entonces, cariño mío, lo que eres es machista o no tienes claros los términos. Pues muy bien, ya sabes una cosa nueva hoy: feminismo y machismo no son antónimos.

¿Por qué nos confundimos entonces? Da miedo admitir que somos feministas porque lo asociamos a acciones no bien vistas o salidas de tono más radicales con los que a lo mejor no estamos de acuerdo o no las entendemos. Quizás a veces hay que levantar la voz para que nos escuchen porque tan sólo hace 48 años que podemos abrir una cuenta en el banco sin permiso de nuestro marido o de nuestro padre, tener algo a nuestro nombre o gestionar un negocio propio. ¿Cómo te quedas? No hace tanto tiempo que no teníamos derechos políticos, no podíamos acceder a la educación, ni nos consideraban personas que pudieran tener un proyecto de vida propio. Éramos seres de segunda sin voz ni voto en la sociedad. Nos educaban en la sumisión, en la pasividad y no podíamos elegir. Vivir es elegir y las mujeres no podían hacerlo.

Otro fallo importante es la falta de conocimiento sobre la historia: somos ignorantes y no conocemos a las mujeres (también hombres, pero una minoría) que han hecho que ahora disfrutemos de poder ir a la universidad, de poder usar anticonceptivos o de divorciarnos sin tener que esperar a que se nos muera el marido o que la Iglesia nos de la nulidad matrimonial (posibilidad reservada a las élites adineradas del franquismo entre 1939 y 1981)

Hace tan sólo 35 años que la mujer puede formar parte del Ejército y el reconocimiento del delito por malos tratos por causa de género no llega a España hasta hace 24 años.

El feminismo tiene mala fama, de eso se han encargado personas y partidos políticos que no son devotos de este movimiento y que sin embargo se benefician de los derechos conseguidos por el esfuerzo de muchas mujeres que hasta han perdido la vida por ello.

Estamos ante un movimiento social crítico que está en constante revisión, que necesita de diálogo social y que no quiere confrontación con el género opuesto, sólo pide igualdad.

Llevarnos bien, unir fuerzas y aspirar a ser mejores como sociedad es una querencia casi quimérica, pero quiero pensar que es posible partiendo indiscutiblemente de una buena educación.

Ahora dime: ¿eres feminista?

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