Juanma G. Anes
Tú, yo, Caín y Abel
Los afanes
MIENTRAS que en España hacemos cábalas para evitar ese fatídico 25 de diciembre (día de las terceras elecciones generales), el Gobierno italiano ha aprobado el llamado "bono cultural". Consiste en que todo joven que haya cumplido o cumpla 18 años en 2016 recibirá la cuantía de 500 euros para gastar en libros, música, entradas a museos, teatros, cines, conciertos, exposiciones, ferias, ... Sí, han oído bien. Para gastar en cultura.
El bono cultural beneficiará este año a más de quinientos mil jóvenes italianos. Aquellos extranjeros que tengan permiso de residencia permanente también lo podrán solicitar. Ustedes me disculparán, pero se me viene a la cabeza el IVA cultural de nuestro país, un disparate, una vergüenza. Se ve que en España piensan en otras cosas: en decir no permanentemente a la formación de un gobierno, a que los políticos obsoletos y carcas -que no conectan en absoluto con la juventud- quieren jubilarse en su poltrona, a luchas internas y externas, a corrupción. España comienza a apestar (políticamente hablando).
Fíjense, elecciones el 25 de diciembre. Prometen bandejas con mantecados en las mesas y degustación de anís en las cabinas. ¡Menudo disparate! Y en Italia Tommaso Nannicini ha defendido que la iniciativa "envía un mensaje claro: el de una comunidad que da la bienvenida a la edad adulta recordando lo importante que es el consumo de la cultura para el enriquecimiento personal y para fortalecer el tejido social del país". ¿Hay diferencia? Y eso que Italia es un país periférico, es decir, de la Europa periférica en crisis.
Y ahí no queda todo. El próximo año está previsto que los profesores italianos reciban también la cifra de 500 euros para complementar su formación. Bueno, pues ustedes como yo nos quedamos sin palabras. Aquí nuestros políticos se cachondean de nosotros en la cara, y allí al menos invierten en cultura y formación. Creo que van por buen camino.
Sería más beneficioso para todos que salvemos las librerías, los museos, las salas de teatro. La cultura y la educación deben ser los pilares de la formación del futuro, los pilares exclusivos. No vaya a ser que acabemos todos como Dante en el infierno recitando estos versos: "Otro es el camino que te conviene, / respondió al ver mis lágrimas, / si quieres huir de este lugar salvaje".
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