NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
Realmente es vergonzoso comprobar cómo se convierte una tragedia en un ejercicio de manual para, por la vía del agit-prop, buscar retos electorales sin respetar a los afectados, fallecidos incluidos, porque el Poder es un objetivo prioritario por encima de cualquier ciudadano.
Desde el primer momento, como va resultando habitual, ante cualquier circunstancia excepcional, el Gobierno señala responsables que le son ajenos. Aún peor, si se le da respuesta, automáticamente, se siente agredido y comienza a funcionar la maquinaria propagandística señalando culpables.
Se señalan sin rubor alguno a las propias contradicciones y a poner al descubierto el verdadero objetivo, por supuesto electoralista.
Y es que resulta demasiado patente la necesidad “sanchista” de desprestigiar a las CCAA ante la cercanía de los eventos electorales. Digo lo de las incoherencias porque aun aceptando –y ya es mucho- la incompetencia de algunos, ante el riesgo para las vidas humanas no se puede entrar en debate de competencias o cadenas de mando, podría incurrirse en una presunta “denegación de auxilio”. Hay una pregunta clara, ¿por qué la UME, si es Ejército, no tiene dependencia del JEMAD en lugar de serlo de un político, con lo que ello supone de pérdida en su capacidad operativa? Ante esto, no caben excusas, como tampoco apelaciones reiteradas al cambio climático –que aún aceptando su existencia- es consustancial a la evolución natural y en consecuencia inestable y, por tanto, no puede ser un elemento de imposición ideológica. Ítem más, cuando un altísimo porcentaje de los incendios son provocados por el hombre.
Por otra parte, hay que ser muy “desahogado”, para acusar de negligentes, ausentes, ponerse de perfil… estado característico del gran “pelota”, Paco López, cuando su “jefe”, no puede hacerlo por estar tumbado en su hamaca en La Mareta.
Nos ofrecen soluciones ya existentes, comisión interministerial, ayudas… qué dirán en Lorca, La Palma, Valencia… por cierto, ahora, se reconocen los errores de la AEMET en Valencia… y seguimos viendo como España va a la deriva y se acerca un otoño sin una sola expectativa positiva: sin PGE; suspensión sesiones legislativas por intereses singulares; imposición reparto, con excepciones y sin recursos, de niños peticionarios de asilo… Tan a la deriva como algunos cayucos.
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