Las entrevistas

Huelva, 21 de octubre 2023 - 05:00

Cuando estaba en actividad y militancia política tuve la experiencia de hacerlo siempre en la Oposición – en algunas ocasiones dentro del propio Partido en el que militaba – frente al omnímodo poder de un PSOE con mayorías en todos los estamentos institucionales a los que había que añadir la falta de colaboraciones por parte de quienes, desde la proximidad ideológica, veían tan lejanas las opciones de Poder que no se comprometían. Hoy, las cosas han cambiado pero resulta evidente que no solo en las opciones de alcanzar una posición de influencias sino, y esto es negativo, por la radicalización de las posiciones ideológicas, el nacimiento de esa “nueva política” que viene resultando un verdadero fiasco y una dirigencia de bajo nivel más preocupada de sus aspiraciones personales que de una buena gobernanza del país.

Me basta, para esta afirmación, una mera evaluación del contraste, en tan solo 48 horas, entre las opiniones, argumentaciones y capacidad dialéctica de Felipe González y Zapatero, tal vez porque las respuestas de González resultaban más explicitas y sinceras que las enrevesadas, falaces a veces. Y pseudohistoricistas de ZP que el propio Felipe, llegó a comentar que “no se había enterado de nada”.

La impresión, vistas las dos entrevistas fue que mientras uno tenía capacidad argumental y un objetivo claro del mensaje que quería transmitir: “…que no se rompa la convivencia…” “por mis hijos y los hijos de mis hijos”, algo que podemos desear cualquier ciudadano. Por el contrario, ZP tuvo que reconocer errores de planteamientos, buscando en el eufemismo el camuflaje de su rotundo apoyo al valor de los siete votos que garantizan la obtención del Poder y la culminación del proyecto rupturista, que él inició, para liquidar el modelo del 78 por la vía de una amnistía indigerible constitucionalmente y para cuya justificación, recurrió solapadamente al socorrido “cambio de opinión”, como fundamento de “prudencia y contención”, cuando se vio arrinconado por el entrevistador y que ha dado pie al otro entrevistado para ridiculizarlo: “…rectificar es de sabios pero hacerlo a diario es de necios”.

Para mí, una conclusión, no ya de carácter individual entre los personajes sino mucho más allá y repito, viví y soporté el rodillo socialista de los años 80 y esta es: el PSOE, que renunció al marxismo, con errores y virtudes, asumió la socialdemocracia europea y se imbuyó de sentido de Estado. En este siglo XXI, con menos mayorías y poder, con dependencia total de terceros, con una Oposición que comete errores estratégicos continuamente, se está imponiendo una ruptura ideológica interna que ha cambiado la lógica de actuación por el bien general y va hacia un. Perfil caudillista que impone servidumbres al debate interno y por extensión, la ¿ideología? el afán de dominio desde el Poder, la ambición desmedida, en una palabra, están cegando el raciocinio y la lógica y se mueven más cómodas, “cabalgando, políticamente, en contradicciones”, como afirmara, en su día, Pablo Iglesias porque resulta claro, después de las entrevistas a dos de sus exlíderes que, hoy, están más cerca del “podemismo” que de la socialdemocracia.

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