Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Zamiatin
Hay un libro referente de la llamada 'literatura espiritual' que lleva por nombre 'El arte de aprovechar nuestras faltas'. Podría buscar en San Google y dármela de erudito (y ser un rato pedante también) para presumir de que domino tal escrito mejor que Zidane dominaba una pelota, pero qué va: simplemente el título me sirve como desahogo para este martes. Y ya.
Esas 'faltas', los continuos batacazos, nos han colocado el reto: no poder fallar ante todo lo que viene. Es la enésima vida en el filo del Decano y de los suyos. Entre la frialdad de la grada, con el ascenso directo casi imposible y ante el claro actual desapego de no pocos abonados (ojo con esto), a este ignorante le parece más que necesario un golpe de timón. Sí, una voz muy alta ahí dentro; una muestra de amor propio, notar sangre albiazul hirviendo por las venas para recuperar también de puertas para afuera -en la plantilla la tengo que dar por hecho- la sensibilidad de mucho fiel personal que sigue hoy decepcionado pese a que el objetivo aún es posible.
Aquí hemos plasmado sin descanso la exigencia de subir este año y hay mil lógicas dudas que enfrían el ambiente; por eso echo de menos que salte una chispa, esa chispa, LA CHISPA que lo incendie todo; alguien que llame a las armas, que una lo que falta en estos momentos de cierta apatía. Los errores de bulto del pasado son nuestro castigo y no hay vuelta atrás, pero de empresas más difíciles hemos salido y lo saben. Se busca líder de carne y hueso que invoque y provoque. Vale cualquiera que sea bueno salga de donde salga, del césped o de fuera de él, pero que consiga que, en casa y fuera, se vuelva a respirar poco a poco el ambiente de Primera que, por fortuna, hemos visto hasta en la quinta categoría en ocasiones. Jamás el primero de España ha logrado dos ascensos en dos años y en tres míseros meses nos seguiremos jugamos la historia, recuperar el camino y mucho tiempo perdido. En Cádiz por los que no estarán y ante el Antequera en doce días ojalá se recuperen sensaciones para fraguar ese ascenso que todos necesitamos, queremos y hasta merecemos. Y perdón por la soflama pero es que la frialdad, y no la categoría o la clasificación, fue lo peor en muchas épocas. Mejor no repetirlas.
También te puede interesar
Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Zamiatin
La mota negra
Mar Toscano
Suerte
Cambio de sentido
Carmen Camacho
Plácido
La ciudad y los días
Carlos Colón
La noche de las mentiras
Lo último