Cuenta la leyenda que Rafa Benítez se atrevió a dar lecciones a Modric sobre cómo debía tocar éste el balón (ya conocerán lo de las correcciones del míster al croata por sus pases con el exterior), y yo me siento un poco Benítez al hablarle al actual presidente del Decano sobre el Club, al que él conoce de arriba a abajo mil veces mejor que yo, pero allá vamos; y disculpen la osadía.

Sé, Jesús, que te han llamado de todo por aceptar el proyecto de Miranda pero imagino que con eso ya contabas: los malotes radicalitos son así. Llevan un Pol Pot tan dentro que lo sacan en cuanto pueden etiquetando a todo el que no piensa como ellos y tú no te ibas a escapar, claro. Te has quitado de las redes sociales y es más que lógico aunque no hay mejor detector de lelos que ellas; tú te pierdes ese pasatiempo. En estos pocos meses habrás experimentado que si no obras como los perdonavidas cuquis quieran, con quienes ellos quieran, de la forma que quieran y cuando ellos deseen siempre vas a fallar. También te digo que los que ahora más te insultan y más te critican, hasta las cosas más nimias, serán los primeros que te darán palmaditas en la espalda y te pidan fotos cuando te vean de frente. Y al revés: quien te aplauda cual foca amaestrada hasta tus más graves errores será quien te aseste las peores puñaladas por la espalda. Al tiempo.

Si entra la pelotita y se consiguen los objetivos parecerás (pareceréis todos ahí dentro) más guapos, más listos y más altos, pero yo espero que no sea así; no lo de los objetivos (ya faltaría), sino que si el balón nos hace la puñeta confío, al menos, que haya en otras facetas un poso decente. Sin que lo cortés quite lo valiente -sé que las formas te importan- hay que remangarse para luchar contra gigantes; asuntos claves pendientes relacionados con nuestro pasado no deberían demorarse más. Hay que defender el escudo (hasta el antiguo, ya abordaremos eso) de propios y extraños. Hay mil historias por encarar y las primeras curvas que ya se adivinan empezarán a calibraros de verdad. Examinaremos vuestras llantas y valoraremos, aunque haya enfados, si el volante es firme o no para que, ni en junio ni nunca, nos estrellemos, como pasó hace no demasiado. Suerte, Jesús y cía. Buena faena.

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