A las cinco de la tarde

22 de noviembre 2025 - 03:06

Hay problemas que, por avatares de la vida, afortunadamente, cada vez menos, se mueven en un sustrato de debilidad cultural, pero lo que no resulta admisible es que un ministro, además supuestamente de Cultura, “a las cinco de una tarde”, de un “bajonazo” a la celebración centenaria de la Generación del 27, en la persona, nada más y nada menos, de Sánchez Mejías. Torero y figura relevante de su época, un hombre culto y cultivado, escritor, periodista y crítico de sí mismo, deportista, aviador y, sobre todo, verdadero mecenas e impulsor de ese grupo literario, llamado, de los Amigos y que vinieron a aportar la luz de la poesía y la estética poética, no exenta de apelaciones a la tauromaquia, a una España mediocre y socialmente imprecisa, huérfana de la luz que le pudiera sacar de la senda decadente que le sumía en un deterioro progresivo de su convivencia social.

Pues bien, ese grupo político del 27, se ponga como se ponga –y por mucho que el ministro Urtasun venga ahoga a desmentirlo con evasivas- tuvo su consolidación como tal gracias a este “maestro” del toreo por su impulso y conexiones artísticas, guste o no a los antitaurinos pero es así la historia y ésta, hay que conocerla, no solo para contarla sino para poder discutirla, cosa que él ministro no parece estar en condiciones de hacerlo. Naturalmente que pueden no gustarle los toros y está en su derecho pero no lo está, el vincular al grupo intelectual, como “comprometido con la República” porque no lo era ni en lo individual ni en lo colectivo porque predominaba en él, la pluralidad ideológica y literaria, respetuoso con la ética y una estética con sustrato de vocación taurina y artística.

Por ello, el ministro, en su desconocimiento, a pesar de su patrocinio, demuestra desconocimiento de los personajes, su relevancia intelectual y artística, por ende, un sectarismo ideológico impropio en un modelo de convivencia democrática intentando cancelar una de las figuras básicas de tan distinguido grupo literario comprometido con su propia libertad creativa y cuyo centenario no ha de ser ningún evento político.

Es, por tanto, señor Urtasun, que debe saber y no lo olvide que a Ignacio Sánchez Mejías, lo mató un toro llamado Granaino, cancelándolo físicamente pero al que lloró Gª Lorca: “A las cinco de la tarde.”

P.D.- Su condición intelectual le llevó a decir en la U. Columbia: “El mundo es una plaza de toros, donde el que no torea, embiste”.

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