Bienvenido, Mr. Jing

Por lo visto, TikTok te deja el cerebro seco. No es algo que no supiéramos ya, pero ahora lo han publicado unos científicos: ver vídeos cortos debilita funciones fundamentales como la atención sostenida, el autocontrol y la concentración y además produce ansiedad y dependencia. Ya ven cómo se las gasta. A mí el asunto me preocupa lo justo porque casi no lo uso, no por lo del descerebramiento, sino porque me da miedo desde que supe que por ahí nos espiaban, y aunque tampoco es que oculte yo gran cosa, ya me dirán ustedes qué necesidad hay de que los chinos sepan que me gustan según qué tipo de vídeos. Ahora que lo pienso, a lo mejor no es tan mala idea. De hecho, se me está ocurriendo un plan para aprovecharlo en nuestro beneficio. Un golpe maestro que colocará a Huelva en la agenda internacional.

Verán: resulta que el ministro Óscar Puente se reunió hace unos días con el embajador de China en España, Yao Jing, porque está preparando una visita al gigante asiático en la que va a “explorar opciones para mejorar nuestra movilidad ferroviaria”. En teoría, si nos están espiando y nos ponemos todos como locos a subir a Tiktok vídeos sobre lo chungo que está aquí lo de los trenes, es probable que llamemos su atención, no porque les importe lo más mínimo si nos dejamos media vida yendo y viniendo por esas vías del demonio, sino porque, y ahora viene mi inteligente maniobra geoestratégica, seguro que con esto del hidrógeno verde nos tienen el ojo echado, así que en cuanto vean cómo está la cosa ferroviaria le van a preguntar al ministro, no de mal rollo -Dios me libre de provocar un conflicto diplomático-, sino en plan echarnos una manita para acelerar lo de la alta velocidad, que ya vimos en la pandemia cómo se las gastan los chinos cuando se trata de construir rápido. Todos saldríamos ganando: nosotros, por supuesto, pero también los chinos, que podrán ir y venir de Madrid a Huelva para rematar sus negocios energéticos sin riesgo de quedarse en el camino, y por supuesto mi villano favorito, que mucho me temo que, si es cierto eso de que hasta 2030 no van empezar las obras, al final se nos va a volver el hombre a su casa sin colocar la primera piedra, que ya me dirán qué clase de justicia sería esa. También les digo que, tal y como está trabajándoselo la oposición, al ministro le va a dar tiempo a acabar la obra y hasta de subirse en el primer AVE. Si lo consigue, les doy mi palabra de que yo mismo los recibo en el andén, a él y al señor Jing, y los invito a unos chocos fritos en el Paco Moreno, a ver si allí, entre caña y caña, los convenzo para que terminen también el kilómetro y pico de carretera del Chare de Lepe, que a este paso va a tardar más que la Gran Muralla -China-, que se tiraron 2.000 años para hacerla y todavia no está acabada.