Una de las palabras más usadas entre la población y en los últimos años es pandemia ¡Qué extraña resultaba esa palabrita cuando la oímos la primera vez! Fue en 2020, cuando se desataron los síntomas a gran velocidad y extendiéndose sin freno, ni contención alguna, por todo el planeta. Unos meses antes, ni siquiera se conocía bien su significado ni las diferencias existentes entre pandemia y epidemia.

Nunca se hubiese pensado que una enfermedad, hoy vulgar, como la gripe, en solo dos años (1918-1920) acabara con más de 40 millones de personas en el mundo. Sin olvidar que hubo muchas más víctimas por otras epidemias como la viruela, el sarampión, el sida o el covid… Hasta ahora se habían conocido brotes epidémicos, sin apenas importancia, pero después se convirtieron en epidemia propiamente dicha y, una vez que la enfermedad se extendió por más de un continente, ya debía hablase de pandemia y no epidemia.

Lo peor que podría ocurrir, lo peor que ya está acaeciendo, es habituarse a vivir con el coronavirus, tratar al "bicho" con familiaridad, bajar la guardia. Posiblemente, sea por un mero intento de olvidarlo, aunque sea temporalmente, y volver a lo cotidiano, a la vida de antes de la pandemia, a la de siempre, pero ¿saben qué pasa? Que ya no somos del todo las personas de siempre, nos hemos empoderado cambiando hábitos, introduciendo nuevos conocimientos, modificando estrategias, mejorando…

La mayoría de los niños, con su enorme capacidad de adaptación, no ha tenido problemas con las incómodas mascarillas, ni siquiera en el recreo; incluso han reforzado espontáneamente el hábito del lavado de manos. En cuanto a los adultos, las vídeollamadas por Skype se han convertido en algo habitual y los estudiantes, hoy, siguen trabajando en equipo desde sus casas. Asimismo, las vídeollamadas y reuniones virtuales del Zoom ya se mantendrán para siempre. Con el hashtag #quédateencasa, se han creado nuevas melodías, uniendo sintonías de diferentes instrumentos musicales, en cualquier parte del mundo, utilizando programas específicos para ello… El coro de la UHU no ha dejado de ensayar y mejorar composiciones, individualmente, y desde casa.

Va a ser verdad lo que McLuhan sostiene: "En el planeta Tierra no hay pasajeros, todos somos tripulantes", lo que supone que todos estamos implicados, no solo en su cuidado, sino en su mejora, en su evolución... ¿Será verdad eso de que la crisis sanitaria y la climática constituyen dos caras de la misma moneda?

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