Vía Augusta
Alberto Grimaldi
¿Podemos puede?
Siempre que me dispongo a componer esta columna semanal dudo considerablemente sobre los temas a abordar, porque tal como se encuentra la abatida situación política de España, uno no está seguro si lo que hoy parece válido mañana no servirá para nada. Lo último lo que se ha calificado como corrupción destapada por el empresario Víctor de Aldama, ha asestado un golpe letal al presidente Sánchez, al partido socialista y a la misma legislatura. ¿Cómo es posible en una democracia legítima, dadas las veleidades de estas alianzas de progreso, como la denomina Sánchez, contar con la colaboración de sus beneficiados socios independentistas y proetarras que siguen obteniendo cuanto piden o exigen a esta ejecutivo en sus manos y parecen ignorar los testimonios del presunto conseguidor de la trama, cerrando filas para continuar en el machito, como popularmente se dice: seguir gozando de los favores de un gobierno que lo único que pretende es mantenerse en el poder.? ¿Con quien mejor que con Sánchez van a estar estos desaprensivos aprovechados de la política sin el menor escrúpulo?
Y mientras el avispero se revuelve imprevisible y desestabilizador también en lo económico cuando el Estado romperá la barrera del billón y medio de deuda este año, el doble que hace una década y el gobierno sanchista ha elevado el gasto público un 42 por ciento desde que llegó a la Moncloa, vemos que las torpezas y las debilidades advertidas en los populares españoles se prolongan siniestramente a sus homónimos europeos, engañados una v4ez más por las artimañas socialistas, bajo la hégira viscosa de Úrsula Von Der Leyen, ninfa Egeria de la ambigüedad y la doblez políticas que les ha obligado, sin el menor pudor, aceptando en el vergonzante intercambio con Teresa Ribera – la sibila ecologista del régimen - en la comisión europea, a los candidatos ultraderechistas de la italiana Meloni y del ´húngaro Orbán, tragándose toda su retórica antiderechista, sus cacareados muros, sus cinturones de seguridad Muchas explicaciones nos debe la nueva comisaria. Que se lo pregunten a los agricultores de Huelva, concretamente los del entorno del Coto que no han recibido aún las ayudas prometidas por las administraciones.
En tan espinoso asunto Sánchez no ha hecho más que trasladar a Europa sus estratagemas aquí tan conocidas y tan elogiadas por sus palmeros habituales y la turba servil de los corifeos de la casa. Todos ellos, nada más conocerse las declaraciones de Aldama, salieron como una exhalación en tropel sincronizado para sacar la cara por su número 1, sin olvidar machacar de paso a Feijóo - en estas páginas dejaron prueba de ello -, celebrando como una gran victoria una reforma fiscal descafeinada y tramposa, lograda con nocturnidad y mendigando votos hasta la indignidad y el bochorno – patética la imagen de la diputada suplicando el apoyo -, en una negociación alucinante con sus socios diversos a los que se proponía una cosa y la contraria. ¿Dónde está el fango?
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