
Desde la Ría
José María Segovia
Por una Huelva verde
Cuando aún no han terminado las secuelas de los errores mitineros de la Vicepresidenta y candidata futura a la Presidencia de la Junta, comprobamos el ejercicio oportunista, aunque legítimo, de la misma, al pasar del tono vociferante de la tribuna del Partido al más sosegado de pancarta, aprovechando la manifestación convocada por las organizaciones sindicales de la Mesa Sectorial, junto con la Coordinadora de Mareas Blancas, aunque con la ausencia del Sindicato Médico Andaluz. Curiosa presencia en una reivindicación sanitaria, por parte de quien fue responsable directa del desmadre sanitario andaluz sostenido por una maquinaria propagandística monumental y, muy especialmente, por el esfuerzo, entrega y dedicación de todas las profesiones sanitarias al objeto de beneficiar a los pacientes.
En un ejercicio de auténtica pérdida de memoria histórica sanitaria, parece como si nunca antes hubieran existido “mareas blancas” en Andalucía -de los sindicatos de clase no es preciso señalar sus actitudes- por eso, habrá que recordarle alguna cuestión a la señora Montero, pues una cosa es su derecho a manifestarse y otra el participar con algunas consignas no totalmente ajustadas a la realidad del momento.
Y es que al socialismo andaluz se le ha olvidado ya el incumplimiento de los acuerdos firmados con los médicos tras la huelga de 1995 o la promesa del, también firmante, señor Chaves, sobre las habitaciones individuales en la mayoría de las disponibles en los hospitales andaluces, así como la populista respuesta ante los copagos planteados por el Gobierno central del PP, creando un talonario de recetas expresamente autonómico, mientras se iniciaba una andadura restrictiva en las políticas farmacéuticas hospitalarias y una descarada, casi monopolística, estrategia de conciertos privados que siguen teniendo secuelas hoy día, aunque en un contorsionismo estratégico-político, ahora lo presentan como un desmantelamiento de lo público auspiciado por el Gobierno del PP que, aunque no se dice, hubo de asumir reclamaciones por acuerdos de precios sin la documentación pertinente.
Podríamos hablar de las políticas de “recortes” impuestos como fórmula imprescindible para no mandar al paro a “ocho mil” profesionales eventuales como, también, de las increíbles “subastas” de medicamentos: incumplimientos, que se cronificaron, en los plazos y ejecución de las OPE; sin olvidar la discriminación retributiva, entre profesionales, en función de la exclusividad o no de los mismos. Las fallidas fusiones hospitalarias, son ejemplo de la improvisación e ineficiencia en las decisiones, producto de la prepotencia y el amparo propagandístico.
Afortunadamente, no dio tiempo a imponer la Ley de Garantías y Sostenibilidad de nuestro Sistema Sanitario porque el desastre hubiera sido definitivo.
No cabe duda que el PP, podría y debería hacerlo mejor, pero resulta podo asumible ver en primera línea de pancarta, quizás, la peor Consejera de Salud, capaz de indultar luego, cuando lo fue de Hacienda sus actuaciones en la de Salud por lo presunta concesión de sobresueldos. Lo cierto es, que no es el PSOE andaluz quien puede lanzar la piedra de los conciertos sanitarios…
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