Un poder absoluto

Por mucho que pretenda, estéticamente, disimularlo, por mucho que parezca ajeno a la situación judicial de sus compañeros de “carretera y manta”, ¿imaginan cómo estaríamos, si tras sus comparecencias, Ábalos y Koldo, estuvieran en Soto de Real?, mejor no imaginarlo. Lo cierto es, que últimamente al sanchismo no le salen bien las cosas: se empieza a negociar la Paz sobre Gaza; los “marineros de agua dulce” de la flotilla, están repatriados -con el dinero de todos- y alguno ya piensa en venir a hacer política en Madrid, lo que no sé es si su pretensión habrá o no “colau”.

Frente al admirado amigo seguidor del autócrata Maduro, el del talante no tanto como el talento que propugnaba en su tiempo, ZP les colocan a su temible opositora como es María Corina Machado. Una luchadora a favor de la democracia frente al autócrata, al que ya hasta el ministro Puente, en público, califica como dictador (¡no te pases Oscar que te la juegas!), cómo será la cosa que otros ministros ante el vergonzante silencio gubernamental, felicitan en privado, ¿miedo, disciplina, …? o meros aplaudidores en esas comparecencias parlamentarias donde su absolutista líder esquiva las preguntas y las desvía inventado las respuestas para culminar eludiendo sus responsabilidades mostrando fidelidad plena a su constante posición mercadotécnica, asumida por Tezanos y Redondo, dado que denomina todos los resortes de la actividad política ya que él, es el Estado.

Y como esto, él lo piensa y pretende ejercerlo así, le dan igual las pulseras fallidas, los sobres con chistorras y lechugas, … ya moverá piezas para animar que no convencer, pues ni lo intenta, a los ya convencidos porque las circunstancias demuestran que el Poder lo encarna él y nadie más. Además, a su estilo, el que preconiza como gobernanza, lo que no es más que imposición autoritaria, colonización institucional -no hace falta citar cuales, quizás no cabrían en esta columna- su último intento, de plena actualidad, utilizando a un poeta de “experiencia blanda”, Álvaro Pombo dixit como arma retadora frente a la RAE. Por fin, no plantee imposibles a día de hoy y dígale a su Ministra de Sanidad y sépalo usted que la misma o mayor exigencia legal hay para cumplir la Ley ELA que la Objeción de Conciencia.