Decía siempre un compañero de Redacción al llegar estas fechas, casi como si fuera parte de un ritual, que la Semana Santa es el acontecimiento que más público lleva a la calle en Huelva. Nos guste más o menos, participemos de una forma u otra, esa es una realidad incuestionable. Claro que sí. Lo era entonces, décadas atrás, y lo es ahora, algo más si cabe, en esta nueva época de esplendor para el mundo cofrade. Porque quizá no se ha vivido antes tanta intensidad, expectación y ganas como ahora. Será consecuencia de la pandemia y sus restricciones pasadas o del crecimiento evidente e imparable en torno a esta mezcla de fervor, tradición, cultura e identidad al alcance de todos en los barrios y en el centro de la ciudad como el gran punto de encuentro.

Lo que llega de diferentes hermandades hace días es que esta Semana Santa, además, será especial, con cortejos muy numerosos, más que en los últimos años, incluidos los previos a la aparición de ese coronavirus que puso todo patas arriba. En todas las cofradías hay un boom especial este 2023. Muchas papeletas de sitio hay repartidas, más que en el ansiado 2022 post pandemia. Y eso augura más participación e ilusión por ser parte de una expresión de religiosidad, en esencia, también seña de pertenencia a la ciudad y, un poco más cada año, muestrario de vida exportable y apreciable por los extraños a esta tierra.

Hace mucho que el trasiego de visitantes en la capital es especialmente significativo, constatable en hoteles, que presentan las mayores ocupaciones del año. Hay una corriente a favor de la oferta de Huelva en estas fechas, capaz de llevar en un mismo paquete la tradición cofrade, las buenas temperaturas, la cercanía de la costa y, por supuesto, nuestra gastronomía.

Pero hay otro factor que empuja en la misma dirección para la capital onubense, que es su tamaño y manejabilidad, también en los días más concurridos y especiales de su Semana Santa, con la calles tomadas por miles de onubenses.

Probablemente todos tengamos alguna referencia familiar o cercana de quienes, llegados de fuera, sin noción alguna de las cofradías y sus desfiles procesionales, eligieron Huelva por su riqueza y valor en lo tradicional y artístico, pero también por la cercanía y la accesibilidad que es más apreciada por forasteros. Son los que prefieren conocerla y vivirla aquí con más facilidades y ventajas antes que aventurarse a perderse en la vorágine del gran referente en la provincia vecina.

Incluso hay quienes, aun sabiendo de la Semana Santa y su dimensión popular en Andalucía, han descubierto la de Huelva en los últimos tiempos, se han adentrado por sí mismos y han profundizado luego en ella para seguir fieles a su cita en su Semana Mayor, que tiene todo para ser apreciada y disfrutada a todos los niveles.

Un gran aliado ha encontrado Huelva en este sentido en la Legión, que este año ha vuelto por tercera vez, pandemia mediante, para portar el Sábado de Pasión al Cristo de la Vera+Cruz por las calles del centro. Lo de ayer, de hecho, ya se ha convertido en el gran preludio de las estaciones de penitencia programadas estos días, con su paso por la carrera oficial, y una población onubense volcada en la calle con los soldados, dando su reconocimiento y compartiendo con cada vez más visitantes al calor del tiempo cofrade en Huelva, que ya no sería igual sin estos legionarios llegados de Ronda.

Todo ha influido y todo confluye en unos días que son uno de los momentos más esperados del año, con más gentío en las calles, para alegría de la hostelería y de la propia ciudad, un poco más viva, con más pulso, sin duda, en los acontecimientos de mayor calado popular.

Es tiempo de disfrutar, cada uno en su medida, de distinta forma, encontrándose en la calle al paso de una comitiva de cirios y capirotes, compartiendo momentos emocionantes que hacen también ciudad para todos.