El poeta asturiano Pelayo Fueyo publicó en 2005 un libro de ensayos aforísticos titulado Lección de magia. Se trata de su primer y único libro de aforismos. Solicité al autor un ejemplar ante la imposibilidad de encontrar uno en el mercado y hace unas semanas me envió el único que tenía. Sentí un apuro tremendo, pero pronto quitó hierros al asunto: "Tengo un amigo que me puede prestar el que tiene", indicó Fueyo.

El título de ese libro y muchos de los aforismos que en él se contienen me recuerda a la situación actual, al igual que lo hace Cervantes en El Quijote. No hay día que no descubra una perla en él. Como esta: "En este mal mundo que tenemos, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería". O tal vez como esta: "Porque los diablos, jueguen o no jueguen, nunca pueden estar contentos, ganen o no ganen". Y como esta: "Estaban jugando hasta una docena de diablos a la pelota, todos en calzas y en jubón, con valonas guarnecidas con puntas de randas flamencas, y con unas vueltas de lo mismo, que les servían de puños, con cuatro dedos de brazo de fuera, porque pareciesen las manos más largas, en las cuales tenían unas palas de fuego; y lo que más me admiró fue que les servían, en lugar de pelotas, libros, al parecer, llenos de viento y de borra, cosa maravillosa y nueva; pero esto no me admiró tanto como el ver que, siendo natural de los jugadores el alegrarse los gananciosos y entristecerse los que pierden, allí en aquel juego todos gruñían, todos regañaban y todos se maldecían".

Y es que El Quijote de Cervantes posee una actualidad tremenda, una fortaleza inigualable y un sentido común proverbial. No como ahora, que se ha perdido la decencia. Un político debe cumplir tres requisitos. El primero es vocación, el segundo es honestidad, y el tercero es voluntad de servicio. Ustedes pensarán lo que quieran, libres son y libres han llegado hasta este punto, pero esos requisitos no los veo en nuestros representantes. La valeriana ha hecho milagros. De no poder dormir Pedro Sánchez junto a Unidas Podemos, hemos pasado al sueño plácido, al abrazo fraterno, al progresismo de papirotazo que diría Cervantes.

Escribía Pelayo Fueyo en Lección de magia: "Tergiversar la realidad sin que la realidad cambie". Aún hay mucho que decir, la fraternidad no se completa con un abrazo, los amores políticos son auténtica hiel, y al igual que existe la cultura empresarial, debería aparecer por algún sitio la cultura política, tan ausente, y sin valeriana.

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