En estos días de ambiente lleno de buenos propósitos, me permitiré desde el respeto y, quizás, cierto paternalismo, dirigirme a su persona para pedirle - por no decir exigirle, pues rompería el tono constructivo de mi comentario - intervenga para reconducir la deriva de la acción política en España.

Si, en tono paternal, "Úrsula, hija" mi condición de español se siente defraudada por la deriva que están tomando los acontecimientos en mi país. Ya venimos comprobando, a lo largo del tiempo, la capacidad transformista, sin olvidar la impostura para aparentar victimismo o el uso permanente de la mentira para construir e imponer un relato acorde con sus pretensiones alejadas de los principios básicos del modelo democrático vigente y despreciando la realidad de los hechos y presumiendo de que en Europa nadie le pregunta por sus actuaciones, sean el blanqueamiento de la corrupción hasta las urgencias en deslegitimar, señalar y acusar de antidemocráticas a instituciones fundamentales del Estado de Derecho.

Sí, "Úrsula, hija" debes intervenir y ser coherente con los valores que representas y debes defender en nuestras cooperaciones con Europa. Sí, Úrsula, comprendo que el húngaro Orban o el polaco Morawiecki, no tienen la apostura ni la capacidad de arrobamiento de Sánchez, condiciones explicables de impacto en adolescentes, pero cuando se tiene un cargo, por cierto, no electo, como el suyo hay que ser rigurosos y no subjetivos en la valoración de los hechos, cuando son similares, independientemente de quien sea lo sé la aparente estética de quienes lo ejecuten.

No vale, sola Úrsula, decirles a los polacos: "El pueblo polaco confió en la UE para que defendiera sus derechos". Pues bien, lo mismo sucede en España cuando se dice desde la Presidencia del Gobierno y las Cámaras legislativas que la voluntad de las mayorías es suprema y única legítima al margen de la separación de poderes. Es decir, máximo poder con mínimos contrapesos y controles supervisores, más aún, cuando en la Constitución nuestra no existe el término soberanía popular sino nacional.

No es de recibo que se genere crispación al límite de una crisis de Estado por imponer un procedimiento inadecuado, contra el dictamen de los letrados del Congreso, los avisos de la Oposición… y cuando el TC, lo descabalga pretendemos que la Fiscalía lo revierta aludiendo a la situación de dos Magistrados prorrogados cuando son cuatro los afectados.

En resumen, Paralelismos entre las tendencias "iliberales" húngaras - expedientados - y de derechas, con las del señor Sánchez, de izquierdas y, por ahora, no evaluadas. Y es que "en política, el orden de los factores, sí altera el producto ", decía Sánchez a Iglesias, antes de ser abducido por este y los independentistas. Así que actúe, doña Úrsula, y no nos haga más euroescépticos de lo que ya somos.

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