Confabulario
Manuel Gregorio González
Narcisismo y política
EN los últimos días se han producido en Huelva dos acontecimientos relacionados con el mundo empresarial que, por inesperados, han significado unas sorprendentes revelaciones y un motivo para la reflexión.
Hace dos semanas, la empresa Ence cerró la producción de pasta de celulosa para la fabricación de papel y hace apenas 8 días Endesa solicitó autorización al Ministerio de Industria, Energía y Turismo para el cierre de la Central Térmica de Ciclo Combinado Cristóbal Colón, que se construyó hace sólo 8 años en el sector de la Punta del Sebo.
En ambos casos, las empresas privadasEnce y Endesa justificaron el cese de la actividad, invocando graves desfases económicos, por la acumulación de pérdidas continuadas durante 3 trimestres consecutivos, en el caso de Ence y por la falta de rentabilidad como consecuencia de la caída de la demanda y la competencia de las renovables, en el caso de Endesa.
Actualmente, el cierre de Ence parece incuestionable, mientras que el de Endesa depende del informe de la empresa Red Eléctrica de España al Ministerio de Industria, valorando la existencia de equilibrio entre la producción de las centrales eléctricas y las demandas de los consumidores, dentro de nuestro entorno. Ahora se puede comprobar, por los datos comparativos de Huelva y Andalucía con el resto del país, que se cumplen las hipótesis de los que valoraban el exceso de producción de energía eléctrica en nuestra provincia. Nuestra Comunidad Autónoma disponía del 22% de la potencia eléctrica de ciclo combinado instalada en toda España, y Huelva tenía el 25% de esa potencia.
Pero ya se está dando cuenta la ciudadanía onubense que el más cercano y anciano sector de la industria química onubense, históricamente emplazado desacertadamente en la avenida Francisco Montenegro de la Punta del Sebo de Huelva, está completando su ciclo productivo y, progresivamente, está agotando su actividad.
Es inevitable que la alternativa de la Punta del Sebo como territorio de uso dotacional, libre de industrias pesadas, obsoletas y contaminantes, está cada día más cerca. Por eso, con la seguridad y el apoyo de la ciudadanía, es el momento de planificar ese sector y reflejar documental y legalmente las reglas urbanísticas del juego. Es fundamental el convencimiento y el acuerdo de todos los partidos políticos, las instituciones y la sociedad para redactar una modificación puntual del Plan General, en el territorio de la Punta del Sebo, para proyectar las líneas maestras que sirvan para su desarrollo progresivo, hasta conseguir una ciudad y un entorno digno del resto de nuestra provincia.
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