Hay seres humanos y hay animales. Hay personas y hay animales. Y muchas de las actuaciones de los animales no logramos comprenderlas, simplemente porque son animales. Los animales no poseen conciencia, y por eso deben ser considerados animales. Un animal ha asesinado a una joven, a una persona joven. Y ha roto la vida de su familia y de su entorno. Una barbaridad. Una inmensa barbaridad que debe hacernos reflexionar, y debe acercarnos a valorar que la educación es muy importante, es lo más importante.

Pero a los partidos políticos la educación les importa un pimiento, y ahora están en campaña, y dentro de los partidos políticos también hay muchos animales. Unos, los menos, ofrecen ese ápice de sentido común tan necesario para justificar algunas de sus actuaciones. Otros son y serán animales, animales políticos, que en el fondo son animales. Decía que los partidos políticos andan de campaña. De campaña para las municipales, para las autonómicas y, es posible, para ese superdomingo, el 26 de mayo de 2019. Al PSOE se le está abriendo la mano una barbaridad: subida del salario mínimo, subida de las pensiones, subida a los funcionarios, más y más subidas necesarias en un momento concreto, pero ¿es ahora ese momento concreto? Pienso que están en campaña y como tal deben dar el do de pecho para intentar justificar ante sus electores que son el partido del pueblo. Recuerdo a Zapatero y a su talante, será porque Pedro Sánchez cada día se parece más a ZP.

Podemos pierde electores. A nadie convenció la intervención de Iglesias en la comisión de investigación sobre las relaciones de su partido y Venezuela. PP y Ciudadanos juegan sus cartas. No son pareja en el juego, cada cual defiende lo suyo sin tener en cuenta lo que dicen los ciudadanos. No vayan a pensar que los asesores políticos que rodean a estos líderes de pacotilla son inteligentes, son también animales, asesores de animales políticos. Y visto lo visto el Consejo de Ministros se va mañana de turismo a Barcelona, de turismo político. Este Gobierno sólo sabe dar palos de ciego, o mejor, palos de animales.

Y esto dice Kafka de concluir un artículo, nadie mejor que él para finalizar: "La dificultad de concluir un artículo, por pequeño que sea, no consiste en que, para finalizar, sintamos la necesidad de un ardor que su contenido real ha sido incapaz de producir por sí mismo, sino más bien en el hecho de que hasta el artículo más pequeño exige de su autor una complacencia y un ensimismamiento". Laura, descansa en paz.

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