Paco Huelva

Sr. Feijóo

Algunos podrán pensar lo que estimen oportuno, hasta ahí podríamos llegar, pero, la derecha de este país está llegando a unos límites maquiavélicos inaceptables para suplantar la decisión soberana que la ciudadanía adoptó cuando votó en las ultimas elecciones generales. El resultado ofrecido por las urnas y del cual es un fiel reflejo la composición del actual parlamento, podrá gustar más o menos, será mucho o poco operativa porque precisa pactar con diferentes partidos la aprobación de las leyes, incluso, como es el caso, obliga al partido más votado a formar una coalición para establecer un gobierno, además de necesitar de otros socios en el hemiciclo para cualquier aprobación legislativa. Bueno… ¿y qué?, habría que preguntarle al PP, a VOX y Cs. ¿Y qué, itero?

Esos tres partidos, acompañados por la derecha judicial, financiera y mediática de este país, están intentando desde el comienzo de la legislatura, hacer creer a la ciudadanía española que el gobierno actual no es un ejecutivo legítimo. Pero ¡qué poca vergüenza hay que tener! Incluso me atrevería a decir, que ese comando antidemocrático -no tiene otro nombre-, quiere pasar a toda costa por encima de lo que el pueblo ha decidido. A partir de aquí, habría que preguntarse: ¿Qué es eso que pide ahora el Sr. Feijóo de un adelanto electoral inmediato? Un adelanto electoral, ¿por qué? Si la legislatura no termina hasta finales del año 2023.

La maniobra que intentó ayer el PP es inclasificable, tanto que no tiene precedentes en la historia reciente del parlamentarismo español. Instar al Tribunal Constitucional a la adopción de medidas cautelares para que paralice un debate en el Congreso de lo que sea menester, de lo que fuere, de lo que sus señorías y los partidos en la Cámara entiendan que debe plantearse, es algo que rompe todas las líneas democráticas además de la separación de poderes. Sr. Feijóo y acompañantes: el poder ejecutivo gobierna, el poder legislativo confecciona las leyes conforme a derecho, y el poder judicial las manda a cumplir cuando se quebrantan, además de castigar a los infractores. Punto. Y eso es un Estado social y democrático de derecho. El TC, a pesar de todo el galimatías existente en su interior, por la falta de renovación de alguno de sus miembros, ha reaccionado sin pronunciarse exponiendo que tratará el asunto el próximo lunes. Veremos. Y Sr. Feijóo, cálmese un poco y espere. Hágalo por sus propios intereses si lo desea.

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