Querida, añorada, cercana y tan lejana de Huelva, Sanlúcar de Barrameda es un lugar bello y privilegiado que sigue soñando con la carretera para unirse con nosotros, por dentro o por fuera de Doñana.

Sanlúcar celebra ahora los quinientos años de la primera vuelta al mundo, por aquella flota de las Especierías al mando de un portugués al servicio de la corona de España, Magallanes, y completada por un español, Juan Sebastián Elcano, que tras salir del puerto gaditano con cinco naves llegaría de nuevo a él, otro septiembre, para luego rendir viaje aguas arriba del Guadalquivir.

En este Sanlúcar 500, recuerdo con tristeza aquel Huelva 500 del V Centenario del Descubrimiento, en que nos quedamos a dos velas, mientras los actos grandes se iban camino de otros lugares. Por ello me agrada echar un cabo a nuestro vecino marinero sanluqueño para que se mueva y no se quede sin su 500 actual, como corresponde a la Historia, y no como nos pasó a nosotros.

El alfa y omega de la primera Vuelta al Mundo le corresponde a Sanlúcar de Barrameda, porque de allí, por Bajo Guía, salió la expedición y allí mismo regresó bajo la protección de Nuestra Señora de Barrameda, para luego seguir río arriba a la sombra de la Casa de Contratación y el puerto oficial para rendir viaje.

La salida de la gran expedición se hizo desde Sanlúcar donde se avituallaron los navíos, donde permanecieron las tripulaciones desde un 12 de septiembre hasta el día de la partida, donde el río Guadalquivir fue casa, base y altar hasta que el día 19 se dio la orden de partida. La gran e incierta expedición salía de Sanlúcar de Barrameda y allí regresaría. La circunvalación tiene dos puntos alfa y omega y el sentir marinero de un pueblo así lo dice. Lo demás es ampliar la historia, no menospreciarla ni olvidarla, en su vertiente real, pero el espíritu marinero sanluqueño fue y sigue siendo vida de aquella hazaña que parecía imposible.

Los onubenses sabemos mucho de hazañas marineras, jamás igualadas por muchos pueblos, que fueron olvidadas y oscurecidas por circunstancias políticas, de poder o de economía. Y hoy esa Vuelta al Mundo de la Corona española es netamente sanluqueña con bandera izada en los altos del Castillo, desde el Palacio del Duque de Medina Sidonia, o de la misma iglesia mayor sanluqueña. Me siento muy ligado con Sanlúcar de Barrameda, donde tuve el honor de dar su pregón de Semana Santa, su pregón del Rocío, de la Caridad y muchas otras actuaciones, en un lugar tan vinculado a la historia de Huelva, a la Virgen de la Caridad, y a la belleza de un paisaje que tiene como fondo urbano el azul de un río que es espejo de la reserva natural más bella de Europa.

Hoy levanto orgullosamente mi copa, de manzanilla, claro está, por un pueblo marinero que no debe perder todo su protagonismo en esos 500 años de algo único, donde iban dos onubenses que partieron y llegaron a un puerto de ensueño.

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