Ha sido un embarazo no de meses sino de años. Pero al fin la criatura ha sido alumbrada. Ha costado pero nunca es tarde. La resolución 2019/2819 del 19 de septiembre del año en curso del Parlamento Europeo es verdaderamente histórica y honra sobremanera a dicha institución. En un declaración de 14 considerandos, y apoyada en una extensa fundamentación jurídica internacional, condena explícitamente y por igual las ideologías nacional socialista, nazismo y la comunista. Hemos vivido una demasiado larga posguerra europea en la que el comunismo, como uno de los caballos vencedores de la contienda, fue consentido, amparado, cuando no exaltado, y con vía libre en los países del occidente europeo. En la Europa oriental fue partido único e impuesto, aplastando las libertades, con tanques y subfusiles kalashnikov. En países como Francia e Italia llegó a tener un poder y una dimensión verdaderamente mayúscula. Mientras sucedía este mirar hacia otro lado de las democracias occidentales, los camaradas Stalin y Mao, por ejemplo, se encargaban de quitar de en medio a varias decenas de millones de sus compatriotas. Sólo Alemania, siempre aventajado alumno, aprendió la lección desde el primer momento y desde el día uno de la posguerra prohibió la existencia de los dos totalitarismos más feroces que ha conocido la humanidad: el nazismo y el comunismo. Y en ello siguen con buen resultado según parece.

Metidos de hoz y coz en la Declaración del Parlamento Europeo, objeto de este artículo, vemos como el punto 3 de la misma "recuerda que los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad", por lo que el Parlamento Europeo "condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos de los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios". Como consecuencia de lo arriba expresado el punto 18 de la resolución subraya que aún hoy hay en algunos estados europeos plazas, calles y monumentos conmemorativos que ensalzan los regímenes totalitarios. O lo que es lo mismo, hay que darle una vueltecita al callejero español, a los nombres de algunos institutos y colegios y a varios monumentos dedicados a quienes defendieron los totalitarismos. Cosas de la memoria histórica cuando se hace con decencia y sin fanatismo: va y viene de un lado para otro, tiene dos caras y no una sola. Ya era hora.