La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Repugnantes homenajes a asesinos

Con pocos días de diferencia se ha homenajeado al primer asesino etarra y a dos etarras asesinos de niños

Seha celebrado en Bilbao una especie de triduo terrorista en memoria del etarra Txabi Etxebarrieta. Tres días dedicados a reivindicar la figura de uno de los fundadores de ETA y autor del primer crimen cometido por la banda: el asesinato del joven guardia civil José Antonio Pardines, durante años presentado por los etarras y sus cómplices como un acto de defensa propia cuando se trató de un asesinato a sangre fría. Poco después el terrorista fue abatido, lo que facilitó su conversión en héroe y mártir. Manifestaciones, mesas redondas y discursos en reivindicación de su memoria y sus actos se han sucedido en Bilbao. Como Etxebarrieta cometió su crimen en 1968 es cómodo presentarlo como luchador antifranquista. Conviene recordar que bajo el franquismo (lo que tampoco justifica sus crímenes) ETA asesinó a 43 personas y durante la Transición y la democracia, hasta 2010, a 669.

La dictadura fue una excusa absolutoria en la que ya sólo ellos y los suyos creen. Y no son minoría. El País Vasco tiene en sus entrañas un problema que pocos se atreven a nombrar: la complicidad activa o pasiva, y desde luego no minoritaria, con el pasado terrorista, blanqueándolo como lucha patriótica y antifranquista en origen, manipulando la historia, igualando las víctimas... Al igual que existió el franquismo sociológico, en el País Vasco existe el proetarra sociológico.

Hace unos días se homenajeó en Guernica a dos de los etarras que perpetraron la matanza del cuartel de Vic en 1991. Se colocó una placa en su honor, se les presentó como "guerreros, modelos de dignidad, lucha, generosidad y trabajo militante, que lo han dado todo por el sueño de la independencia y el socialismo" e intervinieron familiares de los dos terroristas para explicar "que los guerreros habían dado su vida por el amor que tenían por el País Vasco" y que "la coherencia de este amor fue la lucha más dura y generosa por un País Vasco independiente y socialista". Esta lucha consistió en asesinar a 10 personas, cinco de ellas los niños y adolescentes María Pilar (8 años), Ana Cristina (10 años), Vanesa (11 años), Rosa María (14 años) y Francisco (17 años). Busquen la fotografía de Lluis Gené (La Vanguardia) en la que se ve al ensangrentado guardia civil José Gálvez Barragán llevando en brazos a la niña herida Isabel Porras tras el atentado. ¡Qué dura lucha! ¡Qué valientes guerreros son estos asesinos de niños!

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