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Jesús Dolado Esteban

Réplica al coronel Feal

05 de junio 2016 - 01:00

SEÑOR subdelegado de Defensa: afortunadamente vivimos en tiempos en los que el ejercicio de la "libertad de cátedra" (la libertad de enseñar y debatir sin verse limitado por doctrinas instituidas) no son motivo de desafío a duelo, pero, siguiendo con su ejemplo, con gusto le recojo el guante. El lugar este diario y como armas el teclado y el Word.

Me sumo a lo manifestado por usted, y una vez usado "el derecho de contrarréplica", y salvo que usted cambie de opinión, doy esto por zanjado.

Me gustaría creer que me expresé mal, y por si el error fue mío se lo vuelvo a explicar.

Siento mucho, y se lo digo de corazón, que usted entienda que el motivo de mi respuesta fue intentar dejarle en ridículo o desprestigiarle, nada más lejos de mi intención. Le ruego vuelva a leer lo escrito por mí, y si insiste en esa conclusión de antemano le envió mis disculpas, señal de que lo habré vuelto a hacer mal.

Aclararle que mi intervención está totalmente legitimada. Como conocedor de las Reales Ordenanzas recordará aquello de: "los Ejércitos de España se sentirán herederos y depositarios de una gloriosa tradición militar" mandato que convierte a las FFAA en custodios, que no propietarios (concepto de herencia y deposito), de un bien cuyo legítimo dueño es el Pueblo Español.

Nada más normal que usted opine sobre cualquier materia que le apetezca y sepa, y firme a su gusto con su nombre o su empleo militar, ¡faltaría más! Lo que me produce extrañeza es que, sobre un tema polémico como lo es el encuadramiento de Cervantes y que históricamente enfrenta a la Infantería de Marina, que no a la Armada, y al Ejército, usted, tome descarado partido, ganándose gratuitamente el fácil aplauso de unos y, cuanto menos el reproche de otros.

Si relee mi escrito comprobará que en ningún momento pongo en tela de juicio, como usted afirma, su capacidad para ser subdelegado de Defensa, cargo que, como ya le dije, con toda seguridad merece, y por el que representa, en funciones administrativas al ministro de Defensa en la provincia.

Puesta de nuevo de manifiesto su capacidad, en ningún momento discutida, si le recuerdo que entre sus funciones está la difusión de la denominada "Cultura de Defensa", por la que Usía debe velar en su conjunto, por la de los Ejércitos de Tierra y Aire, la Armada y Cuerpos Comunes.

Al decidir firmar con su cargo de subdelegado convierte su opinión en institucional, lo que invita a pensar que con la bendición de sus superiores. ¿Acaso lo hizo con su permiso? ¿Avala el Ministerio de Defensa lo escrito por usted? De no hacerlo entiendo que usted cometió un error al abrir y tomar arte y parte, en nombre del Ministerio de Defensa, en un debate que por muy interesante que resulte, que lo resulta, sería más propio de los Institutos de Historia y Cultura Naval y del Ejército.

Esto, y solo esto, provocó mi respuesta y mi calificativo de desleal: "Que obra sin lealtad" que así lo define el diccionario de la Lengua Española, entendida la lealtad como "la observancia de la fe que alguien debe a otra persona o institución". Y usted, representante de un conjunto, al tomar partido, no "observó la fe" que debe con una importante fracción de sus representados.

Como don Juan Francisco Feal o como Infante de Marina podría haber expresado lo que le viniera en gana, como subdelegado de Defensa considero que no.

De su encendida exaltación de "lo militar" debo reconocerle que ignoraba el monopolio castrense de conceptos como el patriotismo, el espíritu de servicio, la seguridad, la generosidad, el bien común... Quien esto escribe siente mucho que por no vestir uniforme no pueda estar ungido de esas virtudes.

En mi defensa y esperando la llegada del espíritu que me impregne de esos valores que Usía tiene y que por mi carácter civil me niega, decirle que procedo de una familia militar que se pierde en el tiempo. Que huérfano de comandante ingresé, como mis seis hermanos, en los Colegios de Huérfanos de Oficiales del Ejército, CHOE. Entré con 5 años y con 17 salí, allí estudiamos y prácticamente nos criamos, todos, gracias al Ejército, salimos adelante unos ingresando en la AGM (alguno dejando su vida en ella) y otros en la Universidad.

A lo que aprendí como pínfano (de matemáticas no sé, pero de amor a España mucho) sumar los más de 10 años que llevo colaborando con el Ministerio e Instituciones que usted representa. Me reconocerá que aunque solo sea por aquello del roce algo conoceré de sus "exclusivos valores".

Mi coronel, afortunadamente, en la oficina, el metro , la obra, el hospital, la iglesia, parque de bomberos, barrenderos se puede vivir la milicia , sentir y servir a España, en muchos casos de forma más abnegada , silenciosa y eficaz que con sus vistosos uniformes.

Respecto al debate histórico y cómo usted afirma "alguien más ilustrado en el tema le contestará más pronto que tarde" solo tengo que agradecerle su sinceridad reconcomiendo que usted no lo está, y despedirme recordándole lo dicho por Jean Paul Sartre: "Incluso el pasado puede modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo". Un cordial saludo

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