Confieso que desde que me llamó la atención un alumno en clase porque calificar como "negro" a Luther King, era discriminatorio, me propuse cuidarme de volver a llamar así a una persona negra (perdón, "de color").

Ahora resulta que en virtud del "progresismo" del nuevo Gobierno, también es discriminatorio eso de "de color" y lo realmente adecuado parece ser que es persona racializada. No lo intente, no aparece en el diccionario, la RAE no reconoce esa palabra. Desde que empezaron a trabajar los sensitivity reader, esos rastreadores de palabras que se publican siendo "políticamente incorrectas", se ha ido creando una tendencia obsesiva en ver inexactitud en cualquier vocablo. Al principio, fue fácil dar con palabras similares pero sin tintes insultantes, ahora cada vez resulta más complicado encontrar sinónimos neutrales; a no ser que se utilicen vocablos que, siendo adecuados a simple vista, no llegan a reflejar lo que realmente se piensa. Éste parece el camino que ha seguido ese verbo que, a partir de ahora, se pondrá de moda: racializar

El invento es obra de la Dirección de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial dependiente del Ministerio de Igualdad de Irene Montero (yo pensaba que la Igualdad, como derecho, abarcaba a todas las desigualdades, pero por lo visto no es así y habrá que tener Direcciones diferenciadas para cada modalidad de igualdad). Alba González, la que iba a ser su directora, ha renunciado a su cargo a fin de que lo ocupe Rita Bosaho, de origen guineano y perteneciente a un colectivo racializado. Evidentemente, aportan razones para explicar el cambio: darle visibilidad a este colectivo. Dado que en el feminismo lo simbólico importa, es mejor tener como directora a una mujer "de color" (¿puedo?) por algunas razones que yo desconozco.

Ese concepto de igualdad habrá que afinarlo porque ni tendremos palabras suficientes para cada una de las situaciones en las que (desgraciadamente) se necesita, ni presupuesto para crear una Dirección General para cada tipo. Pero, sobre todo, porque igualdad significa no discriminación y desde el momento que se llegan a utilizar vocablos, incluso inexistentes, para señalar a personas o conceptos, ya se crea la diferencia. Porque inventarse una palabra para distinguir a una persona no es igualdad. Porque buscar a una persona de color para gestionar la diversidad étnica no es igualdad. Porque no incorporar hombres al equipo por el hecho de serlo, no es igualdad. Porque racial recuerda demasiado a racismo.

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