¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Puerros y amperios

Ione Belarra se puso pedagógica con el recibo de la luz pero sólo consiguió sublevar al gremio de los fruteros

Pocas cosas reflejan más la impotencia e impostura del populismo gobernante que ese vídeo en el que la portavoz de Podemos, Ione Belarra, promete explicarnos de forma sencilla por qué el precio de la luz es abusivo en España, pero sólo consigue sublevar al gremio de los fruteros. Suele pasar cuando se intentan dar explicaciones simples a preguntas complejas. Belarra, abusando de esa suficiencia profesoral que tanto gusta a los morados, intenta hacer una parábola en la que una persona va a comprar puerros, patatas, zanahorias y aguacates y le cobran todo al precio de este último fruto, la deliciosa mantequilla verde subtropical. "Pues igual hacen las eléctricas -dice más o menos-. Pagamos las energías que se producen de forma más barata al mismo precio que las más caras". Fin del asunto. Por supuesto, nada se explica de enmarañadas subastas eléctricas y del diabólico mercado energético, de los impuestos y de todas esas complicaciones que estropearían el cuentecito en el que el frutero aparece como un "estafador" y Belarra, por supuesto, como una pedagoga justiciera. No dejes que la realidad te estropee la demagogia.

Lo que nos preguntamos es que, si todo es tan fácil, si el recibo de la luz no tiene mayor secreto que el de una compra en una frutería de barrio, por qué el Gobierno central no ha hecho todavía nada para que compremos puerros y amperios a su precio justo. Podríamos pensar que el Ejecutivo ha centrado todas sus energías en la lucha contra el virus, pero a la vista está que su capacidad es amplia, tanto que también le da tiempo para impulsar leyes que nada aportan al bienestar de los ciudadanos, pero mucho a la fractura social: ley trans, memoria histórica, ley de la Corona… Y mientras tanto los ciudadanos seguimos pagando la luz mortecina de una bombilla al precio de la lluvia de oro de Zeus.

El Gobierno manifiesta estar muy preocupado por los picos de precios y la llamada pobreza energética e incluso firmó un Real Decreto el pasado 23 de diciembre para evitar los cortes de suministro a las familias vulnerables, que al parecer no ha surtido mucho efecto en esta ola de frío. Pero el gran problema no es ése, sino la gran mayoría de ciudadanos, los que sí tienen para pagar pero sus economías quedan seriamente dañadas cuando llega el recibo. Nos referimos a la siempre desprotegida clase media española, que a este paso tendrá que dejar de comprar aguacates y alimentarse a base de papas y puerros. Todos los días menú de vichyssoise (en verano) o porrusalda (en invierno). Nosotros también sabemos ser pedagógicos.

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