Juanma G. Anes
Tú, yo, Caín y Abel
Los afanes
Mi hija ha suspendido Francés. El único profesor con dominio de ese idioma de su centro ha sido fichado por un partido político para las próximas elecciones. Y es que andamos en plena pretemporada. Este marzo recuerda mucho a los meses de junio o julio, y a los equipos de fútbol. Escribía George Santayana en Diálogos en el limbo: "La filosofía cayó en la misma trampa cuando, en la época moderna, dejó de ser el arte de pensar y trató de convertirse en un imposible, en la ciencia del pensamiento".
Y a la política le pasa lo mismo. Nuestros representantes han dejado de ser los gobernantes de los ciudadanos para los ciudadanos, y se han convertido en directores deportivos del partido. La ciencia de la política es un error, es un imposible. Ya no tenemos representantes. Fíjense que, por no tener, no tenemos ni un sueldo digno. Piensen en un sueldo, el que quieran, quítenle (si es alto) un buen pellizco de IRPF. De lo que queda, si consume y gasta, quítele también el 21% de IVA. De lo que queda quítele la gasolina, que debe costar en realidad treinta o cuarenta céntimos, pero como le incluyen ochenta céntimos más de impuestos al litro, pues eso. Si desea tomarse una botella de vino, el pobre bodeguero cobra una miseria por su producto, y usted lo paga a precio de oro, por culpa de los impuestos. De la luz ni hablamos, al igual que del resto de los suministros. Un recibo de luz medio, que tiene un gasto de consumo de tanto, al final usted paga cien euros de impuestos y derivados de la leche que mamó el de las eléctricas. De la leche que mamaron lo políticos.
Y ahora nos vienen que están en pretemporada, y que deben hacer fichajes grandiosos para sus partidos, solo para garantizarles un sueldo semivitalicio de aquí te vas a enterar, ciudadano de a pie. Un astronauta en La Moncloa, toreros, generales, presentadores de televisión, escritores… El no va más de la sociedad mediática para convertir la política en ciencia de la política. Un imposible. Un error.
Todos pagamos nuestros impuestos. Pero con la cantidad de impuestos que pagamos a las arcas del Estado deberíamos tener las mejores carreteras, los mejores colegios, los mejores hospitales, vamos, lo mejor de lo mejor. ¿Y qué tenemos? Pues cada vez más políticos y ahora hasta fichajes mediáticos de última hora. Y dice el señor Sánchez que ir a votar es dar un paso adelante, caminar al futuro. Y no ir a votar es regresar al pasado que tanto temen algunos. Con estos fichajes, a uno le entran ganas de quedarse en casa con un libro entre las manos. Mucha más inteligencia, y sin ciencias ni leches.
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