Entre dos orillas

Juan A. Romero

jaromero@paginasdelsur.com

Pelo comboio de alta velocidade Andaluzia-Algarve

Huelvase juega mucho el próximo día 28 en Trujillo con motivo de la celebración de la XXXII Cumbre Ibérica entre los gobiernos español y luso. Después del desprecio al que se ha visto sometida la provincia en los Presupuestos Generales del Estado para 2022, con un capítulo de inversiones irrisorio para las principales infraestructuras estelares prometidas desde hace décadas por los diferentes inquilinos monclovitas, solo nos queda el simbolismo de quemar los papeles presupuestarios por parte del círculo empresarial onubense y confiarlo todo a nuestros vecinos portugueses. Que sean ellos quienes animen a nuestro Ejecutivo y toda su corte de asesores y underground a no dejar escapar la ocasión única que representa el plan de recuperación europeo Next Generation EU para lograr que esos fondos hagan posible la conexión transfronteriza entre ambos países, a través de la línea AVE de Alta Velocidad.

Por una vez, nuestros políticos tienen la gran oportunidad de demostrar que Huelva es lo único que les preocupa, por encima de los propios intereses de sus formaciones. Si de verdad, por una vez, se unieran bajo los colores de la blanca y azul, si solo por una puñetera vez todos apretaran las clavijas de sus mandamases regionales y nacionales, a buen seguro que las reacciones de sus líderes no se harían esperar.

Los empresarios de uno y otro lado de la Raya han comprendido que el fortalecimiento de las relaciones comerciales entre las regiones de Andalucía y la Algarvía pasa por el desarrollo de un eje ferroviario, que sirva de palanca de crecimiento y desarrollo económico para ambos territorios. Incluso el propio ministro luso de Infraestructuras y Vivienda, Pedro Nuno Santos, ha reconocido que en esa orilla del Guadiana hay más predisposición por sacar adelante el proyecto.

Y a todo esto, ¿Huelva qué dice o qué hace? Pues nada. La sociedad civil onubense permanece en constante duermevela, bajo los efectos del encantamiento de las bagatelas de múltiples charlatanes que un día le prometieron que verían con sus ojos el grial del AVE o el desdoble del túnel San Silvestre. A lo mejor si los guardianes del dogma sanchista le contaran al presidente que ese túnel lo hizo cierto caudillo, de cuyo nombre mejor ni acordarse, estaría ya hecho su desdoble a fin de bautizarlo como túnel de la memoria histórica. Al menos dormiríamos tranquilos todos los onubenses porque el suministro de agua de la provincia estaría garantizado. Las graves carencias de Huelva continuarán ad aeternum mientras no se hallen lugares comunes desde los que luchar todos unidos, pensando en el futuro de esta tierra, sin más miramientos ideológicos.

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