Silla de palco

Antonio Mancheño

Pecholatas y sacapechos

07 de marzo 2011 - 01:00

ANDAN sacando pecho y, si las cosas no van porque no pueden ir, siguen con la matraca vocinglera y la máscara progre. Estos sesudos muchachotes son una fortaleza dispuesta a resistir hasta que las lechuzas silben el Nabuco: Que el paro pinta un rostro hiriente y nos muestra, la crueldad de sus trágicas cifras, es una previsión que ya mejorará en verano. Que saltan las alarmas de la Seguridad Social y las pensiones cangrejean, pase de pecho y esperar a que escampe. Que el repunte económico se estanca y el andamio bancario se cuartea, pues ya vendrán tiempos mejores. Que la investigación se va al garete y abandonan las aulas los jóvenes, tararí que te vi, y leña a los docentes y a los padres malvados .

Este es un breve apunte del grotesco escenario donde suenan las voces de una opera bufa y medran, los maestros cantores de esta España de pega. Atrás quedaron la Alianza Civilizaciones, el pleno empleo, el desarrollo sostenible, las energías alternativas, la competitividad tecnológica, el picaporte de la reforma laboral, la excelencia productiva y el selectivo club de los Europa-USA, donde se juegan las habichuelas del planeta. El panorama, es de carbón piedra. Farfolla literaria y serpentina ideológica.

Hemos llegado a un punto en que el ridículo, lo improvisado, la ocurrencia y el chusco, marcan el índice de un errático y despampanante país. Hoy, ayer y mañana, salimos dando tumbos por las alfombras rojas de un Gobierno que reduce la vida a 110 Km (cuando en Holanda y Reino Unido se agranda a 130, desde hace 7 días) que introduce sus manos en la comida light, las chuches, los conguitos, el bollicao y el donuts. Que nos dicta la luz a su capricho alógeno y reclama al pulmón del termostato, 21 grados veraniegos y 24 invernales. Que de golpe en porrazo, cierra las oficinas por decreto, se saca de la manga un renove neumático, se carga el discurrir fotovoltaico y suelta, en las arenas tunecinas, los 300 millones de euros conseguidos, al Emirato de Qatar. Suena a versión fofa de Almodóvar.

Al sur del sur, la baja Andalucía, duerme su siesta paternal. Los surcos de la PAC -política agraria común- se resecan a paso ligero y ponen en serio riesgo el futuro de nuestra agricultura. La minería sigue por su deriva en el destierro. La pesca, hace años que amontona su carga en otros mares. La gran industria, participada por la Junta en sesenta y seis empresas, deficitarias, no acaba de romper el cascaron y añadir su valor estratégico. Nos queda, únicamente, el filón del turismo, pizpireto y juguetón, que nos convierte en un dechado de virtudes ociosas, serviciales y manduqueras. No es mucho para llenar los sueños de ocho millones de habitantes.

Si sumamos las pifias, estrambotes, mangazos, tráficos de influencias, delicias de faisán y ERES con bacalao, (vamos por los 70 casos de presuntos fraudes) y añadimos, el no de la Junta a la investigación de fondos de reptiles, es obligado resaltar los méritos de estos insignes pecholatas, compositores fúnebres de la marcha se vende, se arrienda, se traspasa. Spain is biutiful, titis.

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