Juanma G. Anes
Tú, yo, Caín y Abel
Los afanes
Iba a escribir sobre la corrupción de la Aneca y lo acontecido esta semana con el físico Juan Antonio Aguilar, una eminencia mundial que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación ha decidido considerarlo "repudiado". Pero para ello se precisa, al menos lo creía inicialmente, documentación, más documentación, y todo lo que huela a universidad es una pérdida considerable de tiempo y de esfuerzo que acaba llevándote al mismo sitio: corrupción. Lo ocurrido al profesor Aguilar ha tenido muchos precedentes, y los seguirá teniendo mientras la comisión de la Aneca siga siendo la comisión de la Aneca, un puñado de amigos (10 ó 12) que dicen ser expertos en todo y en realidad lo son en nada. Carlos Pajares, una eminencia en el campo de la física de partículas en España, dice: "En esas comisiones deberían estar los primeros espadas. Y no hay ni uno ni lo ha habido. Esto es un escándalo".
También, hoy que es 1 de agosto, iba a hablar de los libros recomendados como lecturas para el verano. Pero visto lo visto a uno se le quitan las ganas de hacerlo. Las interminables listas que inundan los medios de comunicación no aportan nada nuevo, más que recomendaciones de lecturas estivales, son unas listas de publicaciones de amigos que se hacen para colgarse medallas mutuas, para asegurarse el galardón con la editorial de turno que acabará publicando el último libro del citado crítico.
Iba a hablar de que el Congreso de los Diputados ha cerrado esta semana la composición de las comisiones. El PSOE presidirá 14 de 28. Un sobresueldo de entre 1.500 y 750 euros para los integrantes de ellas. Y aún no tenemos Gobierno (estamos en funciones). Pero qué bien funcionan las funciones si todos cobran y aún son interinos. ¿Por qué no comienzan a cobrar sus sueldos los diputados y senadores cuando tengamos un gobierno estable y legítimo? Iba a hablar de los políticos e intelectuales que desean que Podemos y PSOE lleguen a un acuerdo. ¿Políticos? ¿Intelectuales? Serán los papas fritas del pensamiento actual. Iba a hablar de los adictos a la telebasura, los adictos a las redes basura. Pero no merece la pena, es una pérdida de tiempo.
Será por deformación profesional, pero voy a recomendar unos libros para este verano. Lean, por favor, El Quijote de Cervantes, Sueño de una noche de verano de Shakespeare, Sonata de verano de Valle Inclán, El verano de Albert Camus, Un idilio de verano de Patricia Highsmith, y La muerte en Venecia de Thomas Mann, que transcurre en verano.
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