J. M. Marqués Perales

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'Olona de Graná', antídoto abstencionista

Sin Olona, la campaña electoral de Juanma Moreno sería un paseo dominical, tan centrado que no disgustaría ni a la izquierda

Como cualquier andaluz sensato, Luis Cernuda se rebelaba contra el tópico, aunque admitía que, a veces, a los andaluces nos gusta disfrazarnos de andaluces. Es una autocrítica sana, porque su reflexión proviene de la humildad para reconocer que también nos gusta echar madera al fuego y, a la vez, de la tolerancia con estos devaneos folclóricos. No está mal en mínimas dosis, pero lo que no soportamos es que nos imiten, y sólo por una única razón: lo hacen muy mal. Escuchar a Juan Carlos Monedero cantar por Carlos Cano con acento gaditano es tan insufrible como un cólico nefrítico, oír a Macarena Olona autoproclamarse "Macarena de Graná" es una obstrucción de intestinos. Ahora, la posible candidata de Vox amenaza con presentarse en el Congreso en la próxima sesión plenaria con traje de gitana, a lo que ya le ha contestado Teresa Rodríguez, la de Anticapitalista, que se ha aflamencado desde que se hizo andalucista. El Chaqueta era capaz de meter la guía de Telefónica por bulerías, así que no hay que extrañarse de tanto eclepticismo.

Macarena Olona, bien pensado, es la chispa de las próximas elecciones andaluzas, Juanma Moreno se podía permitir un paseo dominical, tan centrado, nadie habla mal de él, no asusta a la izquierda ni descontenta al centro izquierda; en definitiva, unos comicios muy abstencionistas, porque hay muchos modos de votar al PP sin acercarle la papeleta a la urna. Que se lo pregunten a Teófila Martínez.

Pero Olona despierta, al menos en algunos andaluces, los malditos sueños de una Andalucía de palillos y espuelas, de risotadas y juergas, de todo aquello que José Cadalso, prototipo del gaditano ilustrado del Cádiz más liberal, criticó en sus Cartas Marruecas. Con razón o sin ella, porque hay emociones que residen en las tripas.

Esto no es inventada del Domingo de Ramos, es lo que también opinan el PP, el PSOE y los anticapis de Teresa Rodríguez, que Olona es un chollo para la izquierda y una tortura para Juanma Moreno. Incluso en Vox, donde hay gente muy formada que comprende bien cómo las emociones mueven a los electorados, pero el partido de Abascal anda metido en una trampa de la que, difícilmente, va a salir: retirar a Olona de Andalucía sería una muestra de desinterés, de entregarle un regalo a Juanma Moreno a cambio de un buen pacto con Feijóo.

Así, que con Olona, prepárense para una campaña de tono elevado, con ella y Teresa Rodríguez de estrellas del espectáculo, mientras Juanma Moreno, Juan Espadas y Juan Marín se nos parecerán más serios que un soriano un Viernes de Dolores.

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