Es probable que nunca haya probado un higo chumbo, que incluso ni lo haya visto. Pero debo indicarle que son una delicia, bueno, eran una delicia. Recuerdos de la infancia: una bolsa de plástico transparente con un puñado de higos chumbos entre las manos y dándole patadas a un balón. Pero las chumberas se mueren, grandes manchas blancas algodonosas en sus pencas sustraen la savia hasta dejarlos secos, sin vida. Es la cochinita del carmín, que antes se utilizaba con fines cosméticos y ahora, entre tanta química, ya no interesa. Ese parásito destruye las chumberas. Una plaga sin control que apenas nadie intenta eliminar.

Es normal ver por las carreteras de nuestro país a las chumberas con las pencas llenas de manchas blancas, secas, arrugadas, perdiendo el color verde peculiar de su naturaleza. Y las dejamos morir, como dejamos morir tantas cosas. Escribía Heráclito "No se puede atravesar dos veces el mismo río". Y Kierkegaard, citando a Tennemann, apunta: "No se puede ni tan siquiera hacerlo una vez". Pero tendremos que hacerlo, tendremos que buscar soluciones para poder hacerlo. Conformarnos con mirar no es suficiente. El oscuro Heráclito no debe cegarnos. Como tampoco deben cegarnos los datos que hemos conocido esta semana de la población mundial en el año 2100. España pasaría de tener los 47 millones de habitantes actuales, a tener tan solo 33 en el año 2100. Y la población envejece por momentos.

Pienso erróneamente, porque estaría dando la razón a Heráclito, en las pensiones. ¿Quién va a ser capaz de soportar ese dato? Pienso en los jóvenes y, sobre todo, en los hijos de los jóvenes actuales. La población da juego a las grandes tecnológicas, cuyo único fin es ganar dinero y controlarnos. Y por este orden. La nueva revolución industrial que vivimos nos destruye, y nosotros dejamos que lo haga. Lo analógico desaparece, serán piezas de museos. Dice Bruce Schneier: "La jungla digital que brota en el siglo XXI no puede regirse por una mentalidad del siglo XX y una legislación del siglo XIX".

Los higos chumbos se mueren. El ser humano se extingue por culpa de internet. Nuestro país perderá 14 millones de habitantes en 2100. Y se está más pendientes de la boda de María Pombo y de su traje. Contradicciones. El mundo al revés. O como escribe Cervantes en El Quijote: "Pero digan lo que quisieren; que desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano; aunque, por verme puesto en libros y andar por ese mundo de mano en mano, no se me da un higo que digan de mí todo lo que quisieren".

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