Mueren las estrellas

Todos tenemos un deber social, mayor o menor, pero deber. Y la base de ese deber es la libertad

Cuando aparece un nuevo político en la sociedad se apaga una estrella, muere. Deja de iluminar para siempre, nos acerca a las sombras. Hemos llegado a la distopía. Ya no sabemos qué es verdad y qué es mentira, o aquello que creemos como verdad, es falso. Los cimientos de nuestra sociedad se han fundamentado en la desinformación. Nuestro mayor problema es la ignorancia.

Ahora más que nunca hay que aprender a pensar, la diferencia que existe entre lo que tenemos que aprender y lo que aprendemos. El 9 de agosto de 1933, en el diario Luz, aparece una entrevista a Valle-Inclán. En una parte de ella, y bajo otros conceptos, dice el escritor: "España sufre ahora la dictadura socialista y los egoísmos de esta clase esclavizan a las otras [Valle-Inclán hace una pausa larga]. El caso es que aquí no hay socialismo, es el egoísmo de una clase que está en fuga el que esclaviza a las otras tres".

Todos tenemos un deber social, mayor o menor, pero deber. Y la base de ese deber es la libertad. Pero si no hay libertad, ¿dónde está el deber social? Las civilizaciones caminan hacia atrás, en vez de avanzar. Necesitamos decencia, en vez de ideologías. Decencia y libertad de expresión. La inmediatez es un cuento. Precisamos sentarnos a contemplar, a atender, a entender. Y de ahí saldremos pensando, y pensando libres.

Mi hija Isabel va a cursar 4º de ESO. Le he dicho que se aplique en Música, en Ciencias, en Matemáticas y que comience a leer Filosofía. Si hace todo eso la Lengua, la palabra, viene implícita. Me preguntó por Historia y le indiqué que lo justo para aprobar. La historia que va a escuchar en ese curso, como en todos, no es real. La historia que hemos vivido nada tiene que ver con aquella que ahora se estudia en los planes de estudio. Porque el que gana la batalla siempre cuenta la realidad a su antojo.

Las personas debemos negar, debemos pensar, debemos opinar. Para intentar que las situaciones ocurran como deben ocurrir y no como ellos quieren que ocurran. Nuestra solución está en la contemplación, en la atención y en el entendimiento. Ajenos a las redes sociales, ajenos a las pantallas, ajenos a la manipulación. Si seguimos prestando atención y aceptando la mentira, nuestra atención y nuestro pensamiento mueren, desaparecen. Somos los únicos dueños de nuestra voluntad. Por ello hay que leer, hay que pensar, hay que opinar, hay que criticar. La esencia de nosotros solo está en nosotros

Cuando aparece un nuevo político en la sociedad se apaga una estrella, muere. No lo olviden.

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