Cientos de ciclistas pasaban a diario por el puente que va hacia Punta. Cuando hubo que cerrar el puente por obras nadie pensó en alternativas, nadie se preocupó de ese colectivo. Simplemente se cerró. Había mucho ciclismo deportivo, pero también ciudadanos que pasaban a trabajar a Huelva sin usar el coche. En estas fechas se ha abierto al tráfico, pero excluyendo, de nuevo, los vehículos no-coches. Quiero pensar que cuando lo abran priorizarán el tráfico sostenible, patinetes, bicicletas, peatones. Y que dejarán sólo un carril para coches, dado que todo apunta a un futuro sin vehículos de combustión. Igual soy muy iluso.

Dentro de la ciudad la misma historia: carriles bicis mal diseñados, no conectados, en mal estado o, lo más habitual, inexistentes. De hecho se han reducido, en la práctica, los kilómetros de carril bici en esta ciudad, porque toda la zona ciclable del centro se ha eliminado, sin dar muchas razones. Seguimos, por otra parte, sin saber muy bien dónde colocar los carriles bicis (o mejor: multimodales) y con frecuencia se ponen sobre las aceras. Eso es un error: el tráfico debe ir en la calzada, las ciudades modernas deberían desplazar su tráfico a vehículos sostenibles, pero en la calzada, no en las aceras. Las aceras son para los peatones.

Lo diré sin muchos rodeos: hay que segregar el tráfico sostenible en la calzada, y hay que desincentivar el tráfico de coches en las ciudades. No sólo en el centro. Por ejemplo, habría que segregar en Avda Andalucía y Pablo Rada un carril para patinetes, bicis, triciclos, patines… y dejar un solo carril para transportes públicos y vehículos de alta ocupación. Lo mismo en Federico Molina, Alameda Sundheim, Avda Italia, Avda Alemania… Y por supuesto: seguir peatonalizando pero encontrando una convivencia con los vehículos no motorizados.

Las ciudades de mañana serán peatonales y sostenibles o no serán. Todo esto que digo se terminará haciendo. Técnicamente hay soluciones, más o menos caras y más o menos valientes. Ya vamos tarde. E incluso se han dado pasos atrás. Cuando dentro de 10 años podamos desplazarnos por esta ciudad sin necesidad de coger un vehículo privado de combustión, cuando sea más cómodo, más limpio y más rápido coger la bici, el patín o el bus que desaparcar y aparcar un aparatoso vehículo de 1.500 kilos, entonces nadie querrá volver atrás.

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