Alas de mariposa

Miedo

La vida nos enseña que el verdadero valor no consiste en no tener miedo, sino en dominarlo, mantenerlo a raya

Soy el miedo, el amigo que te coge de la mano y te hace correr del fuego, así como para que te confíes y me debas tu aliento. También soy el hermano que te empuja por las escaleras para que abortes tus proyectos. El gesto sonriente que te mece la cuna, ya como una cárcel voluntaria, en la que llegas a sentirte bien. Los dedos sutiles que dejan caer una gota de loctite en el borde de tus ojos, para que no vuelvas a contemplar jamás la belleza, no vaya a ser que te enamores y tengas que abrir tu corazón… y asumir un compromiso. Soy el miedo, que te paralizo, te anudo la garganta y te aplasto el pecho casi hasta la asfixia. Ese fantasma que enfoca todas las miradas para que miles de ojos te hagan sentir delante de un tribunal de inquisición, que te juzgará y te condenará a vivir conmigo. Soy el que te hace apretar el gatillo sobre una sombra que se parece asombrosamente a ti.

Soy tus noches de insomnio, los ruidos de tu casa, el crujido de pasos justo detrás de los tuyos. El mar en una noche de tormenta. Quien más te ha hecho correr sin motivo. Soy el miedo, y me gusta soplarte en la nuca y provocarte escalofríos, que veas el futuro negro y sin esperanza. El que te acompaña en tu primer día de colegio, en tu primer día de trabajo. Quien te hunde la autoestima en tu primera cita. Te agarroto las manos cuando te sientas al piano y te nublo la vista cuando tienes que leer tu tesis. No puedes huir de mí, porque me llevas dentro.

Tengo mucho poder, todo el poder que me das. Existo porque tú me lo permites, existo porque me alimentas. Y a estas alturas, en la que casi te tengo cariño y lástima a partes iguales y te descubro desvalido, permíteme que te de un consejo.

Apártame de tu vida. Sé valiente. El verdadero valor no consiste en no tener miedo, sino en dominarlo. Mantenme a raya. No soy tu amigo. Te mereces todo eso que sucede cuando me superas. No abandones tus proyectos. Rompe los barrotes. Admira la belleza y respira hondo el olor del mar. Enamórate hasta las trancas. Haz pequeñas locuras. Nadie te mira ni te juzga. Bajo ningún concepto aprietes un gatillo. Ríete de tu sombra. Duerme a pierna suelta y duerme acompañado, porque esa primera cita te va a salir genial. Que sean sus pasos los que te acompañen jugueteando. Corre, corre por la playa en la mañana, por placer, temprano. No dejes de hacer música y aficiónate a la poesía. ¡Ah! Y dile que la quieres.

Atentamente: tu miedo.

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