El catalejo
Sus señorías deben elegir
Nos engañamos si presumimos de una democracia plena cuando no disponemos de una separación de poderes, ni de un sistema o una Ley Electoral justa, listas abiertas y otros valores imprescindibles en el ordenamiento jurídico que debe regir la participación democrática. Cuando creíamos gozar de la mejor democracia del mundo y el propio presidente del gobierno celebraba que el Democracy Index reconocía "a España como una democracia plena", sólo hace unos días el Índice de Calidad Democrática publicado por The Economist, considerada por muchos -cuando les conviene- la revista económica más prestigiosa del mundo, rebajaba considerablemente la calificación y nos consideraba "una democracia defectuosa", algo verdaderamente insólito hasta el momento. Con el nuevo gobierno ya se había rebajado considerablemente esa evaluación. De "mediocre" la calificaba el socialista Francisco Vázquez en la contraportada del pasado domingo en nuestro periódico. A estos defectos ya apuntados no cabe más que añadir muchas de esas lamentables circunstancias que se han dado en los últimos días como "peculiaridades" propias de una democracia con múltiples defectos y mal funcionamiento. Pero esto pasa desapercibido en el imaginario informativo al uso.
Nadie puede pensar que en una democracia plena con una aplicación implacable del Estado de Derecho y sus sólidos instrumentos jurídicos, se pueda permitir que el gobierno de la Nación mantenga negociaciones desde hace meses con el entorno etarra. Tan indecente trato ha sido recogido por varios medios de comunicación sobre las actas de las reuniones mantenidas entre miembros de Instituciones Penitenciarias dependientes del Ministerio de Interior y del Delegado del Gobierno en el País Vasco con dirigentes y diputados de Bildu, el ex consejero del Gobierno vasco, Joseba Azcárraga, abogados de presos y dirigentes de ETA. En estas reuniones se han negociado segundos y terceros grados, acercamiento de presos y otros beneficios penitenciarios. De todo ello la Guardia Civil ha entregado información a la Audiencia Nacional. Mientras los filoetarras siguen con sus chantajes -ahí están los presupuestos-, la democracia siempre estará en entredicho. El nacionalismo no frena sus reivindicaciones.
No hay arrepentimiento, sigue el enaltecimiento del terrorismo y entre otros desmanes intolerables continúan sin aclararse más de 300 crímenes de ETA. Estas situaciones violentan el normal ejercicio democrático. Para colmo entre tanto afán intervencionista, el gobierno pretende trasladar el tema ecologista a los contenidos informativos de la televisión pública y situar a un número de personas en un proyecto dentro del organigrama del medio. Aparte de "trasnsversalizar los contenidos" de todos sus programas, se formará adecuadamente a los empleados del ente público. Aseguran que el creador del programa es el partido de Íñigo Errejón y los verdes de Equo. Eso sí con el respaldo de sus socios de gobierno.
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