Tribuna

mANUEL CAMACHO

Invitación expresa

ESTIMADO señor: le escribo desde Huelva, a quien sea que haya tomado la medida de cargarse a los clubes modestos y a las diferentes asociaciones deportivas. Es mi deseo que se venga un día por aquí y viva de primera mano cómo vive un club una jornada cualquiera. Pongamos por caso el fútbol. Y pongamos por caso un equipo cualquiera, de Tercera, Primera Andaluza o la antigua Preferente.

Tiene usted que quedar con los padres, preguntarles cuánto les cuesta que sus hijos hagan deporte. Debería reunirse con cualquier presidente y preguntarle cómo se las ingenia para tener a un equipo en competición y cómo se las maravilla para recaudar para pagarle al árbitro de turno. Al primer equipo y a todos los de cantera.

Debería poner su coche para subir en él a cinco chales y llevarlos desde Huelva a cualquier punto de la provincia, con dinero de su bolsillo. Y comprarles un bocadillo al término del partido. Sólo cuando viva una sola jornada podrá entender cómo funciona esto. Y sólo cuando la viva tendrá algo de potestad para poder tomar decisiones sobre un asunto que desconoce por completo.

¿Ha hecho alguna actividad deportiva de base, totalmente amateur? Si la respuesta es no, haga el favor de retirar la normativa que quiere llevar a cabo.

¡Pero hombre, por el amor de Dios! Se va a cargar usted la esencia del deporte. ¿Cómo puede un club sostener dar de alta a entrenadores, utilleros, fisioterapeutas si ninguno de ellos, o casi ninguno, percibe nada porque el trabajo que hacen lo realizan por amor al arte?

Nos estamos volviendo locos. Gire la mirada para otra parte. Seguro que hay cuestiones más importantes y de más fundamentos para usted, con claros síntomas recaudatorios, para que pueda llenar el cajón. Pero haga el favor de no matar al débil, al que se deja el alma y su dinero porque en este país llamado España sigamos teniendo el deporte de base, la actividad física desinteresada, la formación. Porque creo que se le olvida que desangrar a los clubes y asociaciones, como pretende, es cargarse, no sólo las ilusiones de cientos de miles de niños, sino su formación en la totalidad.

Queda invitado a Huelva. Yo pongo mi coche para que usted no gaste un duro en gasolina. Y encima le compro un bocadillo.

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