La imagen aún me sigue hechizando: una Plaza de las Monjas llena, repleta de onubenses que de la mano de un consenso sin referentes concluyó en uno de los cinco hitos históricos de esta provincia: el nacimiento de la Universidad de Huelva.

No fue un camino de rosas. Ese 3 de marzo de 1988 no surgió por generación espontánea y en su andadura deja la muesca clara de las numerosas reivindicaciones que en los despachos y en la calle se tuvieron que llevar a cabo, un día tras otro, envueltos en un auténtico mar de dificultades... Pero la firmeza, constancia, entereza y determinación dieron paso a un espíritu que nunca antes (y posiblemente nunca después) se ha visto en Huelva: que toda una sociedad se movilice y vaya a la huelga por reivindicar una Universidad. La imagen de esa plaza de las Monjas repleta, sin un solo centímetro libre eriza los vellos y demuestra que cuando una sociedad se une en una meta noble, pocas cosas son inalcanzables.

Huelva no sería igual desde entonces y está claro que ese espíritu preparaba la ciudad y la provincia para recibir al siglo XXI, poniéndola en el mapa de la docencia y la investigación.

Hoy, 33 años después y tras un año de dificultades, la UHU nos ha demostrado que es imbatible a pesar de las circunstancias y de la noche a la mañana ha sido capaz de transformarse, cambiar los procesos administrativos, organizativos, implantar sistemas informáticos, organizar jornadas, cursos, sesiones o congresos telemáticos... Gracias a un esfuerzo imparable y a un haber sabido hacer de la educación el bastón de la sociedad para que, estando en el escenario que estamos, el talento se convierta en oportunidad.

Con la frase de Antonio Machado "El hoy es malo, pero el mañana... es mío", la rectora miraba al futuro y proponía una universidad y una sociedad como piezas claves en su construcción. En ese papel protagonista, Huelva debe conseguir recuperar su sintonía, pero sobre todo su empatía con la ciudadanía.

A ello contribuirán, sin duda, dos grandes proyectos que llegan de la mano de la institución académica: la nueva residencia universitaria (Huelva es la única provincia que no cuenta con unas instalaciones de este tipo) y, sobre todo, el proyecto Huelva, ciudad universitaria que hará de la onubense una ciudad abierta al mundo, dinámica y pujante, en la que todos y cada uno de nosotros debemos ser socios comprometidos.