Alas de mariposa

Hogar

Pero hogar es también con quien deseas viajar por la vida, los labios que te besan y el abrazo que te envuelve

Acudo a la RAE y la primera acepción de la palabra me habla de su etimología, del latín "focus", hoguera. Tiene todo el sentido. Las familias se reúnen en torno a la lumbre, en las cocinas, donde se cuece y se comparten comida y reflexiones. En su segunda acepción, casa o domicilio.

Entiendo que un hogar es mucho más que un conjunto de estancias, muebles y enseres. Es todo un mundo. Nuestro mundo.

He tenido la oportunidad, recientemente, de conocer un hábitat que es un viaje en el tiempo y el espacio. Me trasladé a la California de final de los sesenta, cuando el movimiento hippie despuntaba, en una mezcla de naturalismo, folk y psicodelia. En medio de la nada, una parejita linda había construido su particular hogar, lleno de magia e inventos, hechos con madera, cerámica, material reciclado y mucho amor. Los mensajes y la variedad de animales auguraban que me introducía en otro espacio, otras normas, otro orden diferente al mío. Eran tantos los estímulos que hubiera necesitado un guía que me contara la historia de cada pieza, de cada artesanía. Reflejaba fielmente la personalidad de sus dueños. Curiosamente, había sido invitada alrededor de la lumbre, a compartir comida, reflexiones y risas. Primera y segunda acepciones de la RAE.

Al volver de aquel sueño, me detuve a observar el mío propio, qué cubrían mis muebles y paredes. Sonreí al pensar que cualquiera podría adivinar que yo no quería una casa, sino un barco, que a veces, de broma, me han pedido biodramina. Pensé que mostrar mi hogar era mostrar mi desnudez, mis recuerdos, mis aficiones, mi pasado, mi presente y casi mi futuro. Tal vez por ello no suelo enseñarlo, por pudor. Tampoco permito que cualquier persona lo invada. El contenido más valioso de cualquier vivienda es la persona que la habita. Hay otros tesoros muy importantes: el personal equilibrio, la sensación de seguridad y sobre todas las cosas, la intimidad. Sentir que es justo allí donde quieres estar, tu minúsculo trocito de planeta, allá donde siempre anhelas volver. Tu nido.

Pero hogar es también con quien deseas viajar por la vida, los labios que te besan, el abrazo que te envuelve y en el que deseas quedarte. Es aquellos a los que quieres y que te quieren. Y esta es la más bella de las acepciones. No tiene ubicación precisa. No es medible en metros cuadrados. Se mide por la velocidad de los latidos del corazón. Y así, pensando, descubrí que mi verdadero hogar eres tú.

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