HOY es el día después de la huelga general y no puedo evitar la sensación de que en esta crisis nos aprietan el cinturón a la población en general, pero a las empresas financieras, iniciadoras y grandes culpables de la situación económica actual, no se les ha dado un correctivo suficiente.

Además, soportamos un goteo a lo largo del año informándonos de los beneficios de la gran banca, a veces incluso con la desvergüenza de decir que sus ingresos bajaron nosécuántos millones en relación al año anterior, como si alguien tuviera pena por ellos.

Ciertamente se escucha tímidamente la llamada a que se aplique la tasa Tobin a las actividades especulativas, es decir, esos negocios que no producen nada, sino que compran y venden aire, y que al final producen las grandes bancarrotas y crisis económicas. Hablan de esta tasa como una novedad, cuando desde los años setenta, James Tobin ya la planteó a los grandes foros económicos y, con muchos halagos (ganó el Premio Nobel), se rieron de él. Ahora espero que el mundo clame porque se establezca este pequeño impuesto, digo pequeño porque en origen es un 0,1% del negocio especulativo.

Independientemente de que las grandes naciones y organizaciones que fijan el destino de nuestra economía realicen ésta y otras medidas de justicia, nosotros a día de hoy podemos de una forma sencilla optar porque nuestro dinero sea gestionado con unos principios éticos.

Estoy hablando de la banca ética, porque desde hace unos años existe un banco, el Triodos Bank, instaurado en nuestro país, fundamentado en unos principios de actuación diferentes de la banca tradicional, de tal forma que el pequeño ahorrador sabe en qué invierte su dinero y cuáles son los requisitos necesarios para que el banco apueste por una idea, así como la política de retribuciones a sus trabajadores.

De tal forma, que depositas el dinero con una seguridad mayor y con la conciencia tranquila del uso de tus ahorros, que no es poco. Igualmente, este banco, que se inició en España sobre el año 2004, crece firme y sin peligro al no haber invertido en los créditos basura que ahogaron a la banca tradicional.

Otra opción es la Banca Fiare, de origen italiano, una cooperativa de crédito en la que los depósitos que integremos en ella serán utilizados en proyecto de actividades económicas que tengan un impacto social positivo, y en la que se otorgan créditos a intereses bajos, para promover el crecimiento de la sociedad. Son las entidades bancarias con menos morosos.

Ambas apuestas son una esperanza y un compromiso para poner nuestro grano de arena para que el dinero se convierta en algo bueno.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios