Cada día que pasa desde el 28M nos encontramos con alguna novedad, en el terreno político, aderezada con un componente de sorpresa. Lo grave es que hasta el 23-J. Sin duda un plazo corto, las propuestas anómalas por salirse de la ortodoxia y los hábitos democráticos usuales van a ser de lo más cotidiano.

Ya el punto de partida de fijar el 23-J como fecha electoral en pleno verano, coincidente con un puente en varias provincias, significan una falta de respeto al os ciudadanos desde el punto y hora que esa decisión se toma en función de un interés estrictamente personal de permanencia por parte del Presidente sin valorar no solo la dimensión política de lo planteado sino la repercusión en la vida del país y, por extensión, en las condiciones de lo habitual por esas fechas para los ciudadanos.

Ello, solo puede llevar a pensar vistos los comportamientos y la trayectoria presidencial en alguna anomalía de personalidad y a un alejamiento de la responsabilidad institucional adquirida y para la que fue designado: con un principio ético básico, tal cual es, no anteponer su “yo” al “todos”. No anteponer lo mio al bienestar de los ciudadanos para los que debo trabajar. Así resulta y esto es aplicable a todos que un déficit ético, en su expresión pública genera un claro defecto estético de cara a las relaciones humanas, más aún cuando esas insuficiencias se dan en personajes de referencia en la esfera pública.

Pongo algunos ejemplos de anomalía ética con repercusiones estéticas en su interpretación más básica. Se nos apela a la propia responsabilidad para suspender vacaciones para acudir a las urnas pero no por el bien del país sino por mi conveniencia personal de continuidad política. Claro que todo tiene su contrapeso y es planteamiento ventajista se cae si los ciudadanos deciden no importarles perder un domingo de verano y ganar cuatro años de nuevas sensaciones y directrices menos radicales.

Otro ejemplo sería el de la dimisionaria Presidenta socialista sevillana que falta a la ética insultando a un oponente de manera que conociendo las trayectorias dan la impresión de haberlo hecho, presuntamente, por pasarse en la dosis de gin-tónica. Lamentable. Como es el espectáculo de la Fiscalía viendo los circuitos de nombramientos mutuos modelos de conflictos de intereses probables apelaciones negativas hacia antecesores que si actuaron éticamente ante situaciones similares. Aquí está la secuencia de designación de la Fiscal para la Memoria Democrática: Ministra de Justicia – Fiscal General del Estado – Nombra al actual Fiscal como fiscal jefe de la Secretaría Técnica y a su mujer, la designa adjunta a la fiscalía de Violencia de Género y luego, fiscal de la Unidad de Apoyo. Al dejar la Fiscalía General, propone al actual que ya nombrado la eleva en plena precampaña electoral, sin contar sus relaciones con Garzón ni los escarceos con Villarejo… ¿no les parece que sería estético no aceptar el nuevo cargo? Así estamos y sin hablar de la guerra por los sillones que no ideológica entre podemitas y los sumandos de la fashionaria Díaz.

Moviéndonos pues entre conceptos de la moral y la acción humana frente al ausencia y percepción de la belleza en las actuaciones personales públicas.

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