Me llega un mensaje donde se interesan por un personaje que dio vida a una de mis novelas sobre un pasado no muy lejano de la vida onubense. Este desconocido lector me pregunta : ¿Conoció usted a Olga Senillosa?

El lector que ahora me honra con la lectura de mis artículos en Huelva Información, se preguntará que de quien se trata. En pocas palabra: de una agente extranjera que como informadora de unos hechos de guerra, una autentica espía, vivió una aventura en Huelva donde el riesgo y el misterio se vio envuelta en unos apasionantes días de amor, mientras hechos bien recordados sucedían en nuestra ciudad.

Olga Senillosa (este no era su nombre autentico), me ayudó a dar vida al personaje principal de una narración basada en hechos reales. Una joven encantadora, de ojos claros, que disfrutó de la tranquila y difícil vida de nuestra ciudad en una época llena de recuerdos, donde aquella Huelva pequeña, casi familiar mantenía en silencio el apodo de la Casablanca andaluza, por los movimientos de espionajes que pululaban por estas calles, imitando a los muchos existentes en la bella y enigmática ciudad de Marruecos.

Olga, irrumpió de sorpresa en la administración pública onubense, agregada a la Delegación Provincia de Hacienda, en una época en que todavía nos existían la anuales declaraciones anuales obligatorias. Una joven sencilla, simpática, con una marcada personalidad que supo conquistar el corazón de un onubense. La historia de Olga Senillosa, vista en la distancia del tiempo, tuvo una gran importancia en el desarrollo final de la II Guerra Mundial. En voz baja, Huelva siempre es protagonista de sucesos que pasan inadvertidos y cuando se conocen causan asombro. Los acontecimientos vividos por esta espía, sucedieron a la vez que otro gran enigma del espionaje inglés que hoy es motivo de hondos estudios y publicaciones, bajo la sombra que yace en nuestro cementerio de la Soledad, del " hombre que nunca existió". No reparamos en gasto, todo por lo grande. Existían en nuestra ciudad varios Consulados que eran centros de espionajes muy calificados por las potencias contendiente en la batalla europea.

Cónsules que en su amistad y discreción con la población, eran guardianes de importantes secretos, emisoras clandestinas de radio de onda corta que hacían cursar por los aires datos y puntualizaciones de gran valor e interés. Reuniones amistosas en el Círculo Mercantil y otras menos en la Casa Colón, donde se intercambiaban datos que pasaban a países extranjeros en redes de información. Todo un mundo, que al cabo de los años se va desvelando y en el que mucho de nosotros vivimos tramas que dejaron secuelas en la memoria para contar su ambiente.

Algunos detalles sobre Olga, los conté en mi libro La espía de los ojos claros que ahora, editado en Polonia e Inglaterra, ha publicado en español Amazon. La novela de intriga abre caminos para contar realidades, aunque siempre habrá un velo de discreción por cuanto puede en sentimientos llegar a personajes o familiares amigos que todavía existen.

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