Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Ultramar
Surcos nuevos
HARINA de otro costal, en Trigueros, donde Juan Manuel Seisdedos y Lourdes muelen harina de la mejor calidad para alimentar el espíritu con el pan de la cultura. En Del Blanco al Tinto, José Manuel Blanco juega con la polisemia de su apellido, el río que bordea Gibraleón y los colores de los caldos de su Vinoteca-Sala de Exposiciones. Latitudes, de la mano maestra de José Luis Ruiz, después de un año de ausencia, volvió con renovados bríos a hacer de Huelva exponente de la mejor fotografía del mundo. Y desde esta primavera ya se empieza a vislumbrar lo que será nuevamente un otoño con aroma iberoamericano en la octava edición del OCIb. Todas ellas son iniciativas con personalidad propia y acusada, pero también con algunos factores comunes: tienen carácter privado y, aun siendo conscientes de la importancia del apoyo institucional y del mecenazgo, se mantienen y prosperan gracias a la ilusión y el entusiasmo de un grupo de personas que aman la cultura y se han empeñado en difundirla, contra vientos, mareas y crisis.
También se acaba de celebrar EDITA ¡en su 32 convocatoria! Su alma, Uberto Stabile, nos preocupó cuando hace un año anunció que se trataba de su última edición, lo que parecía sorprendente teniendo en cuenta que EDITA, desde su Punta Umbría natal, había irradiado y arraigado en Portugal, México, Brasil, Colombia... Afortunadamente. la veterana cita de los editores independientes sólo se transformaba para resurgir como Festival Internacional de la Edición, la Poesía y las Artes. De su vitalidad da buena idea las próximas citas que empiezan -y van 33- en Oporto el próximo fin de semana y que en otoño volverán a cruzar el Atlántico.
Se trata de convocatorias consolidadas, provistas de un bagaje de experiencia. Pero ahora mismo están dándose a conocer otras que están dando que hablar y bien. Estoy pensando en la exposición SelfieL, cuya repercusión ha motivado que se prolongue su exhibición hasta el próximo 17. Adrián Pérez Vázquez, que firma Man-o-matic, al que muchas paredes de Huelva deben el regalo del arte que las ha embellecido, ha conquistado a la vez, desde las fachadas urbanas, las solemnes salas del Museo de Huelva y la popularidad. Detrás de él, y a su lado, un equipo de gente joven que va a continuar sorprendiéndonos y haciendo sentirnos orgullosos de una juventud que viene pegando fuerte. El futuro es de ellos. Es para celebrarlo.
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