Juanma G. Anes
Tú, yo, Caín y Abel
Los afanes
En estos tiempos no paramos de descalificar. A unos y a otros. Da igual que sean de derecha o de izquierda, las redes sociales se han convertido en descalificadores permanentes. Juan Cruz reflejaba muy bien hace unos días en un artículo los placeres del verano, sobre todo profundizaba en el aspecto de la lentitud, en esta estación del año nos olvidamos de la maldita prisa que nos arrastra a un sinvivir constante. El verano también nos traslada a la lectura. Algo que debería estar muy presente en nuestros quehaceres, el tiempo libre y el descanso invitan a la lectura. Libros que hemos ido dejando durante el año por falta de tiempo y de los que ahora podemos disfrutar.
La lectura debería, como decimos, ocupar un lugar muy visible en nuestros quehaceres. Tan visible, que si destinamos poco tiempo a ello nuestro desarrollo como personas ganaría muchos enteros. Debemos olvidarnos de los datos que de vez en cuando nos presentan los bajos índices de lectura. Esta misma semana nos indicaban en un reportaje como más del 40% de los libros que llegan a las librerías se devuelven. Y ese dato se queda corto.
Una obra primordial que todos debemos leer son las Cartas a un joven poeta de Rilke. Pero imagine que Rilke no escribió esos textos a Franz Xaver Kappus, que a fin de cuentas era un desconocido. Lea ese libro pensando que Rilke le escribía a usted, y no como poeta o escritor, sino a usted como lector. Si hace esto le aseguro que atenderá el mundo de una manera muy diferente a como lo contempla ahora.
Como pueden observar el fin de la sociedad contemporánea, a través de nuestros dirigentes claro está, es dividirnos. Una sociedad dividida siempre tendrá tema de conversación, tema de maquinación, tema de descalificación. Nos estamos convirtiendo en personas indignas, queremos tener y tener sin hacer nada para conseguirlo, nos hacen perder la dignidad en el trabajo (nos conformamos con poco), el deseo pasa a ocupar el lugar de la superación. Recordaba Luri recientemente una obviedad escrita por Roberto Colom que, sin embargo, hay que recordar de manera habitual: "Es sencillamente imposible razonar sobre una información ausente".
Plinio el Joven nos dejó algunas perlas exquisitas: "Cuanto más felices son los tiempos más pronto pasan". Y también "El mayor número de los males que sufre el hombre proviene del hombre mismo". Un resumen de la sociedad contemporánea: "Muchas cosas se consideran imposibles antes de haberse realizado". Lo dijo Plinio el Joven. Lean.
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