Hoy en muchos pueblos y ciudades de España la mañana se habrá alegrado con el repique de campanas que anuncian una solemne procesión que exalta una de las celebraciones principales de la iglesia católica: el Corpus Christi.

Los cambios realizados años atrás han hecho que la Fiesta del Corpus se trasladaran al domingo siguiente, a ese jueves que el dicho popular le calificó como más reluciente que el sol.

El Corpus Christi nacido allá en el siglo once y puesto en gracia por el Papa Urbano IV, nos trae el homenaje y adoración al Cuerpo y a la Sangre de Jesucristo, en presencia real en la sagrada forma. Su celebración siempre ha sido una nota de fiesta y de alegría en la población que además de la solemne procesión, y ceremonias litúrgicas, animaban al pueblo a una demostración general de una arraigada vivencia.

Hoy las cosas son distintas, en sus manifestaciones, pero iguales en la profundidad de un sentimiento colectivo.

Pasada la romería del Rocío y terminadas las fiestas del día de Corpus, la llegada del estío nos impulsa a recibirlo con entusiasmo.

A partir de ahora el sentido de vida de una nueva estación, el verano, nos lleva a dar un rumbo distinto a nuestras vidas.

Los días festivos, incluidos los fines de semana, cuantos vivimos en la costa tendemos a airear nuestro espíritu junto al mar. Las playas nos invitan a acercarnos a sus orillas y regalarnos la maravillosa contemplación del mar perdido en la lejanía de un horizonte inalcanzable.

Junio es un mes que nos hace renovarnos. Las vacaciones llegan, para muchos, como un premio merecido al trabajo de todo un año. Los días siguen alargándose hasta que por San Juan, las hogueras purifican los malos vientos y sus antorchas de fuego, a la orilla del mar o en el campo, enciende nuestros espíritus en un ritual de promesas y esperanzas. Ha llegado el cambio de paso en nuestro caminar diario.

Dios otorgó a Huelva un lugar y unos privilegios naturales únicos para disfrutarlos. Muchas veces pensamos que poco hace el hombre por conservarlos en toda su belleza y singularidad.

Llegamos un año más a un veraneo costero donde seguiremos notando muchas carencias en la organización urbana de pueblos y playas, pese a la buena voluntad de muchos que cooperan y ayudan a esa conservación del planeta herido con gravedad en esa clara demostración que nos manifiesta del cambio climático tan preocupante.

Como un velero por la ría estamos enfilando la mejor estación del año para la economía, el turismo y disfrute de todo lo que nuestra provincia ofrece.

Huelva es un destino maravilloso para el verano andaluz, contribuyamos todos con nuestros esfuerzo y tesón para brindar la mejor hospitalidad a quienes ya nos visitan y llenar su mente de arte, historia y ansias de paisajes maravillosos.

El sol, la mar, las arenas, y la brisa nos saludan. Vamos a aprovecharlo, aunque la inoportuna fecha de las Elecciones Generales nos chafe nuestros proyectos vacacionales, que la vida es corta y nuestra ansia de vivirla grande.

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