Cooperar es la respuesta

Frente a los retos que nos enfrentamos, lo que menos necesitamos es ese clima de confrontación y disputas

Leo algunos de los artículos que hemos escrito últimamente en esta columna y me doy cuenta de que nos repetimos: en más de una ocasión hemos hecho una petición de cordura, tolerancia y diálogo, convencidos como estamos de que las circunstancias actuales son graves y necesitarán de la mejor versión que podamos ofrecer de nosotros mismos como civilización. El momento que vivimos es apasionante, nos enfrentamos a retos inéditos y enormes: un imparable cambio climático con devastadoras consecuencias en cada rincón; pandemias globales como la que estamos viviendo; fronteras que en odo el mundo están saltando por los aires; el control absoluto de nuestra privacidad por parte de empresas tecnológicas supranacionales; identidades sexuales que han puesto en suspenso todos los códigos convencionales; o la Desinformación, con mayúscula, convertida en una herramienta de comunicación de masas y de control...

Y frente a esos retos lo que menos necesitamos es este clima de confrontación, de disputas maniqueas, de violencia gratuita ejercida como deporte, o de estulticia y simplismo en el mejor de los casos. Si como humanidad hemos demostrado algo es que necesitamos cooperar para superar los grandes retos. Eso se puede comprender en la pequeña escala, en el deporte, la ciencia, la política… es fácil concluir que cuando se cooperase se está en condiciones de llegar más lejos. Pero los retos que tenemos por delante no son pequeños, ni territoriales, ni coyunturales: son retos globales. Y requieren respuestas globales. ¿Estamos dispuestos?

Parece que no, al menos de momento: lo que más nos divierte y nos excita a fecha de hoy es encontrar una opinión que derribar, un oponente al que insultar, una verdad que cuestionar, un enemigo al que odiar. Vivimos de la confrontación y en la confrontación, 24 horas al día. Pareciera que mi verdad no es tan verdad si no es arrojadiza, que mi opinión no es tan solvente si no puedo clavarla en la yugular de otra opinión.

Pero si queremos enfrentarnos a los retos citados por ahí arriba (y a otros que se me escapan o que están por venir) necesitaremos cooperar, encontrar la manera de generar acuerdos, consensos, de sumar los aportes individuales en un aporte colectivo. Sólo la cooperación, el apoyo mutuo, la sinergia y todas esas actitudes sinónimas nos darán alguna oportunidad ante la complejidad y la dimensión de los retos del siglo XXI.

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