Yllegó el día esperado, votamos por cuarta vez en cuatro años. Puesto que culminamos el Grado en Campañas Electorales para adjuntar al curriculum, algo habremos aprendido en estos últimos años sobre ellas.

Son muy significativas las singularidades de esta campaña: el papel, como medio de publicidad, ha disminuido notablemente, beneficiando al medio ambiente y disminuyendo gastos, mientras que el plato fuerte se ha centrado en los debates. Incluso en los asuntos tratados, se destacan novedades. Se han vivido hechos tan singulares como simbólicos: ese protagonismo ensayado del conflicto catalán o esa oportuna citación del grupo socialista implicado en el caso Faffe, no parecen casuales. Por otra parte, es de agradecer que se incluyan temas poco tratados anteriormente: los relacionados con la despoblación, el cambio climático, los alquileres o la familia, en los que cada grupo, según su ideología, ha aportado ideas y posibles soluciones con las que se puede o no estar de acuerdo, pero se plantean. Por cierto, ¿Han oído muchas relacionadas con la educación? ¿Alguna propuesta contra el fracaso? ¿Alguna idea para mejorar el rendimiento del alumnado? ¿Algún propósito de cambiar el acceso a la profesión docente?... ¿Qué se puede esperar de quienes nos gobiernen si ellos mismos no esperan nada?

Como siempre, todos los grupos sin excepción, echan mano de la coletilla de "mejorar la educación y la sanidad" pero con tanto desgano y tan poca credibilidad, que ya suena a retahíla. La educación no falta en ninguna propuesta de mejora social, pero no porque crean con firmeza que con un buen sistema educativo se conseguiría una mejor formación personal y profesional, no porque piensen que se mejorarían todos los aspectos que faciliten riqueza y mejoren la convivencia, no, no es eso. De lo que se trata, resumidamente, es que quien ostente la educación (la administre, la regule…) disfruta de poder; de ahí que los sistemas políticos se la disputen. Cuando se gestiona la educación, en realidad lo que se busca es el poder.

Una vez que Vox ha entrado en el Gobierno andaluz (sí, ése en el que no cree, ése que, según los parlamentarios, no debería existir), ya… ¿Qué importa lo que se enseñe o cómo se enseñe? ¿Qué más da? Lo suyo es que los niños andaluces aprendan nociones sobre la actividad cinegética ("vital" para esta Comunidad Autónoma) ¿Que se reduce el tiempo para la Educación Artística?... Y, total, ¿para qué sirve el arte?

Que Dios nos coja confesados.

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