Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Qué bostezo
Una de las expresiones más bellas del ser humano es el canto. Para mí el canto es como una oración más alegre, como una bocanada de alegría hecha palabras donde se combina el sonido y el tiempo de la expresión musical. Por esto, hoy día de Corpus, nuestro corazón se eleva en plegarias de gozo, de amor y de fe. ¡Cantemos al Señor!
Junio se corona de un matiz especial. Un color veraniego que hace resplandecer el amanecer de una fecha que es para nosotros más que un símbolo. Día de Corpus que nos trae reminiscencia de vida, de adoración ante la Custodia que pasea por nuestras calles en signo de gloria, ante un pueblo, cada vez mas distinto, mas diferente, pero que mantiene la brasa candente de nuestra fe.
!Cantemos al Señor¡, como decía la letra maravillosa del poeta agustino Restituto del Valle para aquel recordado Congreso Eucarístico Internacional que España celebró en 1911 que contó con la presencia de la familia real encabezada por Su Majestad don Alfonso XIII.
Un canto que era mucho más, porque nos traía el sentido de devoción y de fe de quienes renacían al autentico espíritu religioso ante el Sagrario lleno de esplendor.
Aquella inspirada letra nos elevaba en esta fecha única de la presencia divina. "Cantemos al amor de los amores. !Cantemos al Señor! Y para poner altar en cuanto expresábamos, el canto seguía con la mas bella letra para esta fecha: ¡Dios está aquí!
Inclinados, ante majestuosidad sacramental, el mayor testimonio: "Venid adoradores, adoremos a Cristo redentor".
Entre el olor hecho aroma e incienso, la Custodia presente en nuestras calles, la juncia y el romero como alfombra de honor y la presencia de los fieles, hermandades, cofradías, a la se añadió después la numerosa presencia de los niños que en ese año habían hecho su Primera Comunión. Un cortejo lleno de fe donde el canto hecho oración nos transporta a un sentido religioso que desde niño anida en nuestra alma.
Desde el año 1952 se impuso también otro canto maravilloso que aprendimos los españoles de aquellas fecha, con letra de mi querido y admirado José Maria Pemán, que fue bandera del Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Barcelona y que dejó indeleble memoria. El Himno de Pemán, comenzaba con el mayor de los respetos en adoración: "De rodillas Señor ante el Sagrario.."
Expresiones musicales y literarias que enaltecen el Día de Corpus, ya que en esta fecha es cuando más se canta de forma solemne y procesional.
La fe de un pueblo viva , en el misterio más grande de su religión, con la presencia de Dios en la Eucaristía.
Hoy renovamos nuestra fe y rendimos culto de adoración al Santísimo, haciendo votos por esa verdad a la que imploramos, como al final del himno: "Cristo en todas almas y en el mundo la Paz".
Huelva, es hoy el más bello altar para rendir culto al Señor. ¡Dios está aquí!
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