En el mitin de Fibes el candidato socialista a la Alcaldía de Sevilla sacó pecho de que se desenterrara la momia de quien nunca debió enterrarse donde fue enterrado mientras fuera del recinto retumbaba el escándalo de que Bildu, apoyo de Sánchez, lleve en sus listas 44 terroristas, entre ellos siete asesinos. Quizás lo hizo porque estaba allí el presidente, que sólo se ha referido a esta cuestión, océano de por medio, diciendo que “hay cosas que pueden ser legales, pero no son decentes” (pues ya sabe lo que tendría que hacer… y dudo que lo haga). En un debate posterior con el candidato popular acabó exclamando: “Repudio que haya en las listas electorales terroristas. ¿Cómo quiere que se lo diga? Tiene que ver muy mal el 28-M para recurrir las cosas”. La doctrina oficial es achacar a una sucia estrategia del PP que se hable de las listas de Bildu. También Espadas ha dicho que “volver a traer a ETA en todas las campañas electorales significa la falta de argumentos que tiene el Partido Popular”. Olvidan que es Bildu quien ha traído ETA a la campaña incluyendo en sus listas a terroristas y asesinos. Hay que recordarles el “It’s the economy, stupid” de Clinton, sustituyendo la economía por Bildu.

Parece que hay socialistas a los que les afectan más los asesinos muertos hace 72 años que los vivos y los crímenes cometidos hace más de 80 años que los cometidos hasta hace solo 13 y 14 años (dos jóvenes guardias civiles, un inspector jefe de la Policía Nacional y un brigadier francés en 2009 y 2010), de los que aún hay 379 sin resolver. Otros compañeros de partido también candidatos a las próximas elecciones sí se han pronunciado estratégica o sinceramente, escandalizados o conscientes del daño que esto les hace. García Page: “Yo con los asesinos de ETA, ni a la vuelta de la esquina”. Lambán: el PSOE debería romper “cualquier tipo de relación con una fuerza política que incluye asesinos en sus listas”. Adrián Barbón: “Me repugna, me asquea. Todo lo que puedo decir es poco, porque creo que cuando alguien ha cometido delitos de terrorismo tiene que pasar tiempo en la nevera pidiendo disculpas a la sociedad y a las víctimas antes de cualquier incorporación a la vida política”. No es el caso de Muñoz y Espadas, que culpan al PP de meter a ETA en las elecciones. Quien la mete, hasta el punto de llevar etarras en sus listas, es Bildu, uno de los apoyos de Sánchez.