La otra orilla

Javier Rodríguez

Los 67.152

Hoy se eligen 67.152 concejales en todo el territorio español y si esto fuera un artículo antipolítica, de esos que ahora se estilan tanto, ahí encontraría un dato con el que apuntalar la demagogia en la que se basan los defensores del “todos los políticos son iguales”: “¡Cerca de 70.000 vividores! ¡En Pernambuco hay la mitad de políticos!”, podría gritar a los cuatro vientos y quedarme tan pancho. Si usted está esperando argumentos en esa línea vayan buscando en otro artículo.

Porque lo cierto es que a la gran mayoría de esos concejales que se eligen hoy, el saldo bancario al final de la legislatura puede que incluso les salga a perder. El servicio público que llevan adelante nuestros políticos municipales es, en muchísimas ocasiones, agotador y, en la mayoría de ellas, ingrato. Tanto es así que hay 43 municipios en los que nadie se quiere presentar a alcalde.

No quiere decir esto que entre todas esas personas no haya ladronas, corruptas e incluso fascistas de la peor calaña, quiere decir que la mayoría de las personas que, a partir de mañana se dedicarán a gestionar las fiestas de nuestros pueblos, barrios o ciudades, la recogida de la basura, los Servicios Sociales, la limpieza, el alquitranado y la iluminación de nuestras calles… son gente que está dispuesta a hacerlo lo mejor posible. Y quiere decir que en nuestras manos está elegir con el mejor tino. Si queremos evitar que sean las primeras las que se sienten en el pleno de nuestro pueblo o ciudad y que en cambio sean las segundas las que gestionen asuntos tan importantes, no caigamos en las trampas de los tramposos y elijamos con buen criterio.

A lo largo de todo el día de hoy tenemos la oportunidad de expresar nuestras preferencias, nuestras ideas, nuestros desacuerdos… Habrá quien diga que esto es una democracia muy limitada, que sólo nos permite expresar nuestra opinión cada cuatro años y que damos con ello una carta blanca a nuestros representantes que no se merecen. Y a lo mejor tienen razón, pero no hay que irse muy atrás en nuestra historia para que esta nos recuerde que los avances democráticos han sido descomunales y que, en todo caso, las mejoras pendientes sólo se lograrán en la medida en que nos impliquemos en lograrlas. Hoy toca decidir quien se hará cargo de nuestros ayuntamientos, hagamoslo con el mejor de los criterios, que ya tocará mañana recordarles las promesas que hicieron estos días.

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