Alá es grande

Nuestras asociaciones, entidades, cofradías, parroquias e iglesias deben continuar con sus puertas abiertas

Claro que Dios es grande, lo llamemos como lo llamemos. Todos somos hijos queridos de Dios y por ello somos hermanos, en el respeto, en la ayuda y en el perdón. De esta forma me lo han transmitido en casa, en mi educación y en mi sociedad. El mundo en el que vivo está enraizado en el Cristianismo, que me ha transmitido valores de tolerancia, de comunidad, de crecer en armonía con el hermano Sol y la hermana Luna.

No sé cuál es el credo del asesino de Diego Valencia, pero no es el Dios Padre Misericordioso. Y uso únicamente el sustantivo de asesino. Cuando empezamos a acompañarlo de adjetivos menos valoramos el homicidio.

El asesino de Diego Valencia primero irrumpió en la casa del Señor de Algeciras, el Cautivo, y seguramente tras creer que había dado muerte al reverendo salesiano Antonio Rodríguez Lucena, machete en mano corrió en busca de otro sacerdote, su caza era de sacerdotes. En la plaza Alta, junto a la parroquia de la alcaldesa pcreyendo que Diego Valencia era el sacerdote de la Palma lo asesinó.

Se comenta que el criminal puede estar loco. El que mató a sus hijos y los quemó en una parrilla, ¿será un loco?; el que se llevó a un concejal veinteañero al bosque y le pegó un tiro en la cabeza ¿razonaba cuando disparó?; el que degolló a su novia y lanzó su cuerpo al mar ¿pensaba sus acciones? En mi forma de razonar, todo el que realiza esos actos no tiene cordura. Pero más loca estaría la sociedad si no se protege de estos seres que tienen poco de humanos.

Casualidades de la vida, mi objetivo del primer trimestre es el arreglo de la sede de Nakera Romi, asociación de mujeres gitanas. Por ello, hace pocos días teníamos una reunión con la Diputada Gemma Araujo en la entrada del local. Por medio de la reunión tenían que pasar los chavales que están en las clases de apoyo escolar, entre ellos Yahiya. Se lo presenté a la parlamentaria y le indiqué que Yahiya es tan importante como el local. Él es marroquí, musulmán, aún no habla español y por fin ha sido escolarizado. Es un chaval con quince años, lo demás no importa. Tengo la completa seguridad que tanto Diego Valencia como el reverendo Antonio piensan lo mismo.

Nuestras asociaciones, entidades, cofradías, parroquias e iglesias deben continuar con sus puertas abiertas de par en par, para ayudar y acoger al necesitado, sin ver colores, nacionalidad o credo. A Jesús, Dios encarnado, tras la curación de los diez leprosos, solo le dio las gracias uno de ellos, el samaritano, el resto se marchó dándole la espalda.

Estoy muy orgulloso de pertenecer a esta sociedad. Sigamos transformando el mundo y otros que empiecen a realizar ya su trabajo, porque con los resultados actuales aún les queda mucho por hacer.

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