La recta final de las obras de reurbanización de la calle Palos, en su confluencia con La Palmera y la calle Tres de Agosto, ha dejado estos días una imagen muy esperada entre los onubenses: la retirada de los adoquines en un tramo especialmente difícil. Ese inicio de la vía destacaba por su bacheado, que había provocado algún percance y continuas quejas de taxistas y otros usuarios habituales. Representaba la incomodidad del adoquinado en las calles de Huelva, cuya jubilación se pide hace años para toda la ciudad. El rediseño ahora del centro urbano acaba con este pavimento y las pesadillas de más de un conductor.